miércoles, 17 de agosto de 2022

Kimchi Carbonara

 Kim      qué???? Kimchi! El kimchi es el alimento de Corea por definición, algo así como la paella en Valencia o el cochinillo en Castilla. Lo comen a todas horas, lo cocinan en familia, e incluso, se organizan festivales y competiciones (https://spanish.korea.net/NewsFocus/HonoraryReporters/view?articleId=166326). 

Se pueden contar más de 160 variedades de kimchi, pero en todo caso, el ingrediente base siempre presente es la col china. Este preparado es un acompañamiento que consiste en vegetales salteados y fermentados revueltos con una pasta picante que contiene chile, ajo, cebollín, jengibre, salsa de pescado y otros más o menos de acuerdo a la variedad. El kimchi al ser un alimento fermentado como el yogur o el queso, es un probiótico y cuenta en su composición microorganismos vivos que interaccionan en nuestro intestino y nos aportan toda una serie de beneficios adicionales al del sabor de degustar esta elaboración culinaria. Entre ellos se cuentan: 

1. Combate la obesidad y ayuda a adelgazar: El kimchi posee una enorme capacidad saciante por lo que es recomendable en dietas concebidas para perder peso.

2. Aporta vitaminas A, B y C

3. Es anticancerígeno: En un estudio del Journal of Medicinal Food, 2014, se demostró que la Weissella cibaria y el Lactobacillus plantarum que se hallan en el Kimchi son capaces de frenar el desarrollo y crecimiento de células tumorales.

4. Favorece la digestión y combate el restreñimiento

5. Tiene propiedades antienvejecimiento al contar con una gran cantidad de antioxidantes 

6. Los probióticos del kimchi también refuerzan el sistema inmune protegiendo de infecciones y enfermedades

7. Es capaz de regular el colesterol gracias a la alicina proveniente del ajo.

Espero haberos convencido de las bondades de este alimento, ahora toca disfrutar de cocinarlo y devorarlo

 Hoy dilectos lechones os paso una receta fusión de la chef Melanie Hye Jin Meyer. (Nota al pie: cualquier parecido con unos fideos carbonara a la italiana es pura coincidencia. Así que obviad indeseables comparaciones)

 

Material

• Sal gruesa

• 250 g de espaguetis gruesos

• 2,5 cucharadas de mantequilla salada

• 1 cebolla pequeña o chalota, picada 

• 6 dientes de ajo medianos, picados 

• 1 cucharada de jengibre picado

• ¼ de taza de vino blanco seco (Chardonnay p.e.)

• 1 cucharadita de pimienta negra

• ½ taza de kimchi de col china (repollo napa) cortado en cubitos

• ¼ taza de jugo de kimchi (ver Tips & Tricks)

• 3 yemas de huevo grandes, a temperatura ambiente

• ½ taza de parmesano rallado, y más para servir

• Espinacas, canónigos, rúcula u otras hierbas de colores  (que lamentablemente hoy no tenia y no pude darle más color al plato)

• Guindillas en hojuelas para espolvorear y si sois de lo más podeis usar Gochugaru (hojuelas de chile rojo coreano)

 


Métodos

1. En una olla grande con agua con sal, cocinamos la pasta según las instrucciones del paquete hasta que esté al dente. Mejor eso que poner un tiempo. Cada pasta es hija de su padre y de su madre y cada vitro también. Así que ceñiros al tiempo recomendado.  Tip: Antes de escurrir la pasta, reservar (if the flies o más propiamente dicho, just in case) 1 taza de agua de cocción de la pasta.

2. Mientras tanto, en una sartén grande y honda, derretimos la mantequilla a fuego medio, luego agregamos la cebolla y cocinamos revolviendo constantemente, hasta que esté transparente o amarillee, esto nos llevará entre 2  y 3 minutos. Añadimos a seguir el ajo y el jengibre, y cocinamos siempre revolviendo (como me gustan estas recetas de andar trasteando la comida en todo momento), hasta que esté fragante, aproximadamente nos entretendrá 1 minuto más.

3. Desglasamos la sartén agregando el vino blanco y revolviendo para aflojar los pedacitos dorados, y sazonamos con 2 cucharaditas de sal y pimienta. Dejamos hervir a fuego lento hasta que se reduzca ligeramente, aproximadamente  otro minuto.

4. Con amor depositamos el kimchi en la sartén y cocine hasta que el repollo se ablande un poco ( 1- 2 minutos). 

5. Incorporamos la pasta cocida y revolvemos bien para mezclar todos los ingredientes y que la pasta quede bien sazonada.

6. Una vez que la pasta esté incorporada, retiramos la sartén del fuego, agregamos el jugo de kimchi, las yemas de huevo y el queso, y removemos vigorosamente para cubrir la pasta. (Trick: Si la pasta parece seca, agregue un poco de agua de cocción de la pasta reservada). 


7. Dividimos en varios tazones y cubrimos con las “hierbas” par dar más color al plato, y un poco más queso parmesano y una pizca de chile.

 


Trick adicional: Si el kimchi no tiene suficiente jugo, se puede exprimir el kimchi un poco para sacarle algo más de jugo. El kimchi, además, también perderá un poco de jugo después de cortarlo  

lunes, 8 de agosto de 2022

Tarta de Zanahorias (y otros vegetales) con Requesón y Feta

 Las zanahorias son la caña en esta tarta sencilla de realizar, y puedes usarlas como único ingrediente (tal viene en la receta original de Sue Li), pero otros vegetales como los incluidos en la preparación tales cual calabaza y berenjena u otros imaginables como las cebollas, las chirivías, las remolachas o el calabacín o la calabaza funcionan igual de bien y darán un plus de sabores a la tarta. 


Material


• Harina, para estirar la masa

• 1 paquete de hojaldre congelado, descongelado

Nota: para esta receta adquirí masa de hojaldre fresca de supermercado (Buitoni) funciona de maravilla y nos evita comprar congelados, descongelarlos y manipularlos para tener la masa a punto.

• ½ kilo de zanahorias multicolores, lavadas y cortadas a lo largo en trozos de aprox 2-3 mm de grosor (ojo que si no tienes mandolina es difícil a cuchillo pero todo se consigue! Y lo de multicolor por estos pagos es difícil a no ser que tengas una tienda con zanahorias de importación, así que opte por mezclar con otras verduras)

• 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra, y más para servir

• Sal y pimienta negra

• 250 g de queso fresco

• 125 g de queso feta, desmenuzado

• 1 diente de ajo, rallado

• Perejil, ajos tiernos o cebollín fresco picado, para decorar

 

Métodos

 

1. Calentamos el horno a 220 grados. Colocamos la masa de hojaldre en una bandeja para hornear con la base forrada de pergamino. Extendemos la masa de hojaldre y con un cuchillo marcamos ligeramente un borde alrededor del perímetro de la masa de hojaldre de aproximadamente 1cm. IMPORTANTE:  pinchar la masa dentro del borde con un tenedor para evitar que se hinche en el centro (y conviene hacerlo múltiples veces). Horneamos en la rejilla superior hasta que la masa de hojaldre esté ligeramente dorada, aproximadamente 15-20 minutos (estar alerta para no quemar en exceso la masa). La retirarnos del horno y la dejamos enfriar un poco.

2. Mientras precalentamos el horno y empezamos a hornear la masa, cortamos las verduras. A seguir extendemos sobre la rejilla de hornear las zanahorias y resto de verduras ya cortadas y las pincelamos con 1 cucharada de aceite y sazonamos con sal y pimienta. OJO: las colocamos en una sola capa sobre una bandeja para hornear. Asamos las zanahorias y calabazas (o la verdura que hayamos puesto) en la rejilla inferior (debajo de la masa de hojaldre) hasta que los bordes estén dorados y las zanahorias aún estén tiernas, pero empiecen a estar crujientes, esto nos llevará de 15 a 20 minutos.

3. Adicional: como soy fan de las berenjenas puse una a asar en la base del horno. Las berenjenas tienen más agua que las zanahorias y podría estropear el asado de estas

4. Mientras el hojaldre y las zanahorias están en el horno, preparamos la capa intermedia de la tarta que le dará cremosidad a la misma. Mezclamos el requesón, el queso feta y el ajo y le damos a la minipimer hasta que quede una pasta suave que podemos condimentar con sal y pimienta.

5. Ya casi estamos dilectos lechones culinarios! Un poco más y a disfrutar. A seguir cuando tenemos el hojaldre y las verduras a punto y ya fuera del horno, extendemos la mezcla de queso sobre la masa de hojaldre hasta los bordes 

y colocamos nuestras verduras en una sola capa encima. Horneamos hasta que las verduras estén tiernas y los bordes de la mezcla de queso estén dorados, esto no ha de llevar más de 15 a 20 minutos adicionales.

6. Una vez horneada definitivamente la tarta, si pretendéis incluir la berenjena como yo la ponemos al final para evitar que el exceso de agua de la misma nos agüe la base de la tarta.


7. Chorrito de aceite de oliva y espolvoreamos con el ajo tierno u otras hierbas frescas antes de servir. 


A disfrutar lechones!


TIPS & TRICKS

 

El punto es cocinar las verduras antes de ponerlas en la tarta, ya que la humedad que sueltan al hornearlas crudas empapara el hojaldre y evitara que suba. 

 

Ingredientes alternativos para dar más sabor: rúcula, rábano, guisantes, cebolla caramelizada, pimientos, champiñones,… lo que os pase por la cabeza. En un momento incluso pensé en añadirle anchoas que quereis!

 

Una vez sacamos la tarta definitiva del horno, conviene dejar que se enfríe durante 10 minutos antes de cortar para permitir que el queso se endurezca un poco. 

 

La tarta se puede servir templada, o a temperatura ambiente (la probé al día de hacerla y acabé con los restos de ella al día siguiente y estaba igual de rica)

 

 

domingo, 17 de abril de 2022

Bacalhau com natas

Lechones, aquí va una receta para estos tiempos de Semana Santa y cuaresma (o para cualquier época del año) que, si sois religiosos, os hará olvidar las restricciones dietéticas de estas épocas, y si no, ¡pues también os podréis chupar los dedos! De nuevo de vuelta al terruño con la receta de Bacalhau com natas (también hay quien lo identifica como bacalhau ás natas). Esta receta es relativamente reciente, el bacalhau com natas nació en 1933 y fue idea del reconocido chef Manuel Ferreira, que bautizó el plato con otro nombre,  Bacalhau à Conde da Guarda. En este delicioso plato de la tradicional cocina portuguesa, el bacalao se cocina en leche para posteriormente mezclarlo con nata y patatas fritas. Es un plato de muchos pasos y artes culinarias (se hierve, fríe, confita, hornea, gratina…). Al finalizar con el horneo, el bacalao queda muy cremoso y la superficie crujiente gracias a la capa de gratinado. Receta fácil como todas las del Kendolechon si bien laboriosa, pero merece la pena dedicar esa casi una hora a su preparación pues os sacarán a hombros por la puerta grande.

Material

• Bacalao   600 -650 g (yo usé dos colas de bacalao aunque si tenéis pecunia usad lomo)

• Patatas  500-600 g (Unas tres patatas medianas-grandes)

• Leche 500 ml

• Nata para cocinar  200 ml

• Cebolla. 1 grande

• Ajo. 2 dientes

• Harina. 2 c/p

• Perejil. Unas hojas

• Pimienta Negra Molida. Una pizca

• Nuez moscada. Una pizca

• Sal. Una pizca

• Aceitunas negras. Para decorar

• Ralladura de broa (alternativa más calórica y grasienta por ende más gustosa: Queso Rallado). Al gusto

• Aceite de oliva virgen extra




Métodos

1) El primer paso obligado es desalar el bacalao. Para ello realizamos el clásico proceso de dejarlo en agua unas 36 horas dentro de la nevera y cambiando el agua cada 12 horas. Reservamos el agua pues le daremos una segunda utilidad en esta receta. Una vez desalado, lo escurrimos bien, desmigamos y lo colocamos en una cazuela a la cual incorporamos la leche y lo cocemos. Cuando la leche inicia su ebullición esperamos dos-tres minutos y ya lo tenemos. Lo sacamos de la cazuela y lo acabamos de desmigamar aprovechando para eliminar espinas si las hubiera (en las colas es improbable, pero en los lomos es más frecuente). Reservaremos también la leche de hervir el bacalao ya la emplearemos más adelante. 

2) Pelamos las patatas, las cortamos en rodajas como cuando preparamos algún pescado al horno o tortilla de patatas y las dejamos en el agua de desalar el bacalao unos minutos mientras preparamos otras partes de la receta. De este modo pierden algo de almidón y van empapándose del gusto del bacalao. A seguir, las freímos ligeramente en una sartén con abundante aceite de oliva sin que lleguen a dorarse. Las cocinaremos a fuego lento para confitarlas (entre 3,5 y 4 de la vitro), la idea es que acaben más bien un poco cocidas que fritas ya que luego acabaran de cocinarse en el horno. Cuando las patatas estén al punto, las escurrimos bien y las colocamos en un plato con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.

3) A continuación, ponemos en una sartén aceite de oliva y ajo y perejil picados. Le damos calor y cuando el ajo empiece a dorarse incorporamos la cebolla picada (yo la rallo y así queda el sabor de la cebolla pero no se encuentran trazos de la misma) y la cocinamos.

4) Cuando la cebolla esté pochada, añadimos el bacalao desmigado, rehogamos lentamente unos instantes y espolvoreamos un poco de la harina. La cocinamos durante unos segundos con cuidado de que no se queme y añadimos la leche que teníamos reservada y el resto de harina. Removemos y cocinamos a fuego lento hasta que empiece a espesar. Al final tendrá un aspecto semejante a la bechamel.

5) Una vez llegados a este punto, añadimos la nata de cocinar, la pimienta negra molida, la nuez moscada y las patatas fritas y cocinamos el conjunto durante unos minutos (de dos a tres) integrando todos los sabores.

6) Por último, colocamos la mezcla en en una bandeja grande (o si sois de los que tenéis mil y un utensilios en la cocina podéis ponerla en cazoletas de barro individuales). Cubrimos la superficie con la ralladura de broa de maiz (queso rallado fue lo que empleé en esta ocasión pues no tenía broa a mano) y lo llevamos al horno a 190º unos 15 minutos y a seguir gratinamos hasta que la superficie superior esté tostada.

7) Sacamos del horno y lo adornamos con unas aceitunas negras y un poco de perejil fresco.



 A disfrutar kechones!

Tips & Tricks

 

1) Para desalar el Bacalao es mejor usar agua ya inicialmente fría. Así evitamos que se nos agriete y deshaga. En esta receta no es tan importante, pues al final vamos a desmigarlo, pero si vais a cocinar lomos enteros tenerlo en cuenta. Yo suelo dejar un par de botellas con agua en la nevera y cuando esta fría con esa agua inicio el desalado.

2)  Para elaborar esta receta se pueden utilizar las partes menos preciadas del bacalao como las migas. Tardaremos menos en desalarlas y el plato será más económico.  Las migas solo necesitarán unas 3-4 horas de remojo en agua fría. Además, ya nos ahorra el trabajo de desmigar. Pero no olvidemos que la calidad del plato es directamente proporcional a la calidad de los alimentos empleados en su elaboración (primera ley de la física culinaria del Kendolechón).

3) Hay gente que reserva unas pocas patatas para colocarlas en la base de la(s) fuente(s) de hornear y este detalle también lo encontraréis en otras recetas. Yo prefiero mezclar todas las patatas con el bacalao. Qué queréis, para gustos, los colores.

4) Importante: avisar cuando lo sacamos del horno que el plato puede estar muy caliente (sobretodo si usáis cazoletas individuales) pues las patatas conservan mucho la temperatura.

5) Si vais a cocinar para 4-6 (que es para lo que da esta receta) pero solo vais a comer 2, como fue el caso de esta ocasión, no cubráis toda la superficie de queso o broa.  Cubrir solo la mitad, así el resto lo podéis congelar y cuando lo vayáis a emplear una vez descongelado lo podéis llevar al horno de nuevo para gratinarlo al momento y 

domingo, 27 de marzo de 2022

El camí

 Recerca el saber

Sense oblidar estimar

Feliç caminar

(5-7-5 by CCB)



El Masnou;  2022-02-27;  18.24.10

By CCB

sábado, 19 de febrero de 2022

Salami de chocolate

Como en un anuncio de la televisión del siglo XX … “chocolate, galletas, almendras, mantequilla y  azúcar… ¡Salami!”. Con estos ingredientes podemos preparar uno de los postres sin hornear más sabrosos y sencillos  de realizar.   La  paternidad  o maternidad  de  esta delicatessen se la disputan sin violencia pero con ganas  Portugal  e  Italia,  pero por simpatías diremos  que viene  más  del  poniente.  La semblanza, tanto por la forma finalcomo por el acabado y el corte con un salami de lechón o porcino crecido es tan grande que el nombre de salami de chocolate le viene como anillo al dedo (que os chuparéis sin duda).                                                                          . 

Existen cientos de recetas sobre como preparar este pastel engañoso, pero aquí os presento una fórmula simple sin huevos, pero sí añadimos un chupito de licor (que si pensáis en niños puede obviarse). En algunas recetas se combinan chocolates negros y con leche pero si sois chocolatinadictos como quien os escribe mejor solo chocolate negro y si sois veganos o intolerantes a la lactosa, basta con usar chocolate sin leche y sustituir la nata líquida por vuestra alternativa de cabecera. Con ello nos aseguramos un abanico más amplio de fans que nos mantearan al final del postre.  Es un postre para cerrar una cena o comida de modo magistral. Es una receta simple como todas las de la cocina del kendolechon, en 15 minutos lo tenemos y se puede preparar con uno  o varios días de antelación ¡Vamos que es un postre para salir a hombros!



 

INGREDIENTES

Para 1 unidades


* Chocolate negro   175 g (para adultos chocolatinadictos)

* Chocolate negro   125 g + Chocolate con leche 50 g (si la idea es prepararlo para niños )

Nata líquida para montar 60 ml (veganos con la leche de coco se puede preparar)

Mantequilla a temperatura ambiente 35 g (veganos margarina o mantequilla vegana)

Almendra granillo 50 g

Galletas tipo María 5

Azúcar glasé

Chupito de vodka (ojo con los infantes)

 


CÓMO HACER SALAMI DE CHOCOLATE

De entrada quitaros preocupaciones pues es de lo más fácil y además os llevará poquísimo tiempo, apenas un cuarto de hora.

 

1.- Troceamos la tableta de chocolate (o las dos) y colocamos los fragmentos en un recipiente hondo y amplio (que podemos calentar al baño maría para facilitar que empiece a derretirse el chocolate). Calentamos la nata líquida, bien al fuego, vitro o en el microondas. Cuendo empieza la ebullición vertemos la nata sobre el chocolate troceado y dejamos que el calor lo acabe de fundir. Podemos ayudar removiendo. Más o menos en 5 minutos tendremos ya la base del salami preparada. 

 

2.- Si hemos sido pacientes y no hemos tocado los fragmentos, pasados los 5 minutos toca remover ahora si el chocolate y la nata hasta integrar ambos ingredientes. Pero a fuer de sincero cuando vertí la nata ya empecé a remover. Una vez chocolate y nata amalgamados es el momento de incorporar la mantequilla (o alternativa vegana) a temperatura ambiente, mejor si ya está previamente troceada, y removemos de nuevo para integrar.

 

3.- Este es un buen momento para echar el licor. En nuestro caso vodka ya que combina de maravilla con el chocolate negro. 

 

4.- Fragmentamos las galletas y las añadimos a la mezcla anterior junto con la almendra picada en pequeños fragmentos. Removemos con suavidad para integrar todos los ingredientes. Cubrimos el recipiente con un film plástico y lo guardamos durante más o menos una hora en el frigorífico.

 


5.- Transcurrido este tiempo la mezcla será más o menos consistente y se será manejable. Extendemos una lámina de film plástico sobre el mármol de la cocina o sobre una mesa y sobre el film vertemos la mezcla y vamos dándole forma tubular alargada. 

 


6.- Enrollamos la masa chocolateril formando un cilindro, haciéndola girar sobre sí misma y anudando los extremos para asegurar que queda bien compacto. Podemos envolver de nuevo con una segunda lámina de film con lo que conseguiremos que quede más cilíndrico. Ánimo lechones que ya casi lo tenemos, ya solo queda guardarlo en el refrigerador durante una noche (si tenéis mucha prisa por probarlo podéis hacerlo pasado un mínimo de seis horas).

 


7.- Ya prácticamente lo tenemos, ahora solo queda retirar el film y hacer girar el cilindro de chocolate sobre azúcar glasé, asegurando que cubrimos toda la superficie. 

 


NOTA: El licor podéis omitirlo, pero si no hay contraindicación para el mismo, le da un plus a este postre. Muy recomendable.

 

NOTA: las galletas son fáciles de fragmentar con los dedos, pero si sois muy finos podéis hacerlo con cuchillo. Personalmente creo que es mejor el sistema digital así como las almendras. Picarlas en mortero pude convertirse en una papilla así que también es preferible fragmentarlas digitalmente

  

NOTA: Para servir es importante que nuestro salami esté a temperatura ambiente ya que así lo podremos cortar bien (truco: usar un cuchillo de filo liso humedecido con agua caliente)

domingo, 6 de febrero de 2022

Shakshuka de garbanzos

En una remota galaxia...no, no hace falta ir tan lejos, la Shakshuka probablemente tiene sus origenes en el norte de África o en oriente medio. Cuando los turcos cercaron Viena ya degustaban un plato llamado saksuka talvez el origen primegenio de esta delicatesen.

Como quiera que es un plato fácil de cocinar, con ingredientes económicos y abundantes en toda la cuenca mediterránea no es de estrañar que sea muy popular en paises como la actual Turquía, Siria e Israel.  La versión clásica  incluye huevos servidos sobre una salsa a base de tomate bien condimentada. Queridos lechones, esta es la versión transgresora del original basada en vegetales que como proteína en lugar de huevos usa garbanzos y así podemos contentar al amigo vegano que todos tenemos o llevamos dentro


Cómo hacer esta receta

Esta comida de 1 cazuela y 30 minutos comienza con una mezcla de cebollas, ajo y pimiento. Luego viene el puré de tomate y la pasta de tomate para servir de base a un sabor rico y abundante. Los condimentos pueden incluir cualquiera de los que tengas en tu despensa, pero en esta receta se utilizó comino, chile en polvo, pimentón dulce y picantre, pimienta de cayena, paprika, canela y jarabe de ágave. Esta mezcla le proporciona al guiso sabores ahumados, dulces, picantes,  y terrosos bien agradables. Y no nos olvidemos del núcleo de la receta, los garbanzos cocidos y las aceitunas para darle un más consistencia al plato. Como acompañamiento empleé unas tortas de maiz al más puro estilo mexicano y la realidad es que el plato es brutal!


Material

• 1 cucharada de aceite de oliva

• 1/2 taza de cebolla blanca picada (aprox 1/2 cebolla mediana o una chalota)

• 1/2 pimiento rojo mediano (picado)

• 3 dientes de ajo picados

• 1 lata de 800 gr de tomates triturados

• 1-3 cucharadas de pasta de tomate

• 2-3 cucharaditas de jarabe de arce (alternativa azúcar de coco) (omitir si diabéticos o azucarofóbicos) 

• Sal marina al gusto (suelo poner bien poca)

• 2 cucharaditas de pimentón ahumado o dulce

• 1 cucharadita de comino molido

• 2 cucharaditas de chile en polvo

• 1/4 cucharadita de canela molida

• 1 pizca de pimienta de cayena

• 1 cucharadita de pimentón picante

• 1 ½ latas de 425 gramos de garbanzos cocidos (637,5 gr de garbanzos enjuagados y escurridos)

• 4-5 kalamata enteras o aceitunas verdes (opcional // deshuesadas y cortadas por la mitad)

• En la receta origninal se incluye 1 pizca de cardamomo y cilantro como aderezos opcionales



Para emplatar y acompañar hay diversas sugerencias que incluyen:

• Rodajas de limón

• Pan (sin gluten o tortas de maiz o trigo yo usé Old Paso de maiz y pas mal)

• Perejil o cilantro fresco picado

• Arroz 

Métodos

1. Calentamos en una sartén grande de metal o de hierro fundido a fuego medio el aceite. Una vez caliente empezamos con el sofrito incorporando, la cebolla, el pimiento y el ajo. Salteamos durante 4-5 minutos, removiendo con asiduidad y energía, hasta que las fragancias inunden nuestra pituitaria. 


2. Incorporamos el puré de tomate o tomates cortados en pequeños fragmentos, la pasta de tomate, el jarabe de ágave, la sal marina, la paprika, el comino, el chile en polvo, la canela, la pimienta de cayena y el pimentón dulce y picante. Removemos todos los ingredientes para homogeneizar nuestro gruiso.


3. Bajamos la temperatura a fuego medio, medio-bajo (dejé la vitro a 5) durante 2-3 minutos, nuevamente recuerda, hay que ir removiendo reiteradamente para que se fusionen todos los sabores. 

4. Ánimo que ya casi estamos. Incorporamos los garbanzos y aceitunas. Y adivina,... seguimos removiendo para combinar. Luego bajamos el fuego a medio-bajo (lo dejé en 4) y cocinamos a fuego lento durante 15-20 minutos dejando que los sabores evolucionen y se combinen con los garbanzos.


5. Vamos probando y ajustando los condimentos para adaptarlos a nuestro gusto, el comino o el pimentón o paprika para el ahumado, la cayena o el Chile para el picante, jarabe de ágave  para el dulzor, podemos echarle también curry para darle un sabor terroso, chile en polvo para el ahumado/picante, o más aceitunas para el salado y para equilibrar el sabor del tomate. 


6. Servir con pan, puré o arroz. 




Shakshuka de garbanzos datos

Tiempo de preparación 5 minutos

Tiempo de cocción 25 minutos

Tiempo total 30 minutos

Porciones (porciones de 2/3 de taza)

Cocina Sin gluten, vegana

Apto para congelador 1 mes y en frigorífico 4 días


domingo, 23 de enero de 2022

Pollo estofado con salami y aceitunas

Esta es una receta que nos llega desde los Estados Unidos, en concreto de Nueva Orleans crisol de música y sabores diversos, de jazz y comida cajún con toques europeos. Esta receta la creó el chef Donald Link como homenaje a las raíces sicilianas diseñando un plato que combina el amor por la sal y el salami. El plato tiene la sensación de cacciatore de pollo, pero al incorporar las aceitunas, el salami y el hinojo produce una explosión de sabores mucho más complejos. Según cuentan, el chef Link usa salami hecho a mano de Cochon Butcher, su carnicería de cabecera en Nueva Orleans, pero un trozo de salami de supermercado de buena calidad a nosotros nos irá de perlas. 


 

Material:

1 pollo (de aprox 2 kilos), cortado en octavos o más piezas si son demasiado grandes

2 cucharaditas de sal 

¾ cucharadita de pimienta negra

3 cucharadas de aceite de oliva

1 cebolla mediana, en rodajas finas (o rallada si vais a preparar el plato a comensales que les da grima la cebolla, esa frágil y llorosa joya nutritiva)

5 dientes de ajo, en rodajas finas

½ bulbo de hinojo, en rodajas finas

1 rama de romero, de unos 18-20 cm

220 gr de salami cortado en cubitos (ver nota)

1 taza de aceitunas verdes sin hueso, enjuagadas y cortadas por la mitad (ver nota)

1 cucharadita de orégano seco

½ cucharadita de hojuelas de pimiento rojo (como me gusta el picante usé cayena y luego puse un extra de ½ cucharadita de ñora

½ taza de vino blanco seco

2 ½ cucharadas de pasta de tomate

2 cucharadas de harina para todo uso (nota)

600 ml  (aprox) de caldo de pollo

4 hojas de laurel

Jugo de un limón

 

Métodos

 

1)    Precalentamos el horno a 190ºC. 

2)    Sazonamos el pollo con sal y pimienta. 

3)    En una sartén grande calentamos el aceite de oliva e a fuego medio y doramos el pollo hasta que esté dorado (aproximadamente 7 minutos por lado). Necesitaremos o bien dos sartenes o bien hacerlo en dos tandas ya que normalmente no tenemos en casa una sartén paellera para 8 personas. Una vez tenemos el pollo dorado lo transferimos a una cazuela grande y poco profunda para hornear.  

4)    En una de las sartenes, añadimos la cebolla rallada (o cortada a finas láminas) y vamos removiendo para evitar que se pegue  en el mismo aceite que ya incluye la grasa de pollo hasta que se dora. Esto nos llevará aproximadamente 4 minutos 

5)    A seguir añadimos el ajo, el hinojo, la rama de romero, el salami, las aceitunas, el orégano y la cayena cortada finamente. Removemos para integrarlo todo y a continuación se vierte el vino. Vamos cocinando a fuego lento para reducir y raspando el fondo de la sartén para evitar que se nos pegue. 

6)    Añadimos la pasta de tomate y seguimos cocinando durante unos 5 minutos. 

7)    Añadimos la harina y vamos removiendo para incorporarla a la salsa. Cocinamos unos 2 minutos más.

8)    Vertimos el caldo de pollo en vasos (aprox 2 vasos llenos) y mientras vamos removiendo para que se incorpore homogéneamente. Reducimos la intensidad del fuego a fuego lento - medio y seguimos cocinando hasta que espese un poco. Nos llevará aprox 2 a 3 minutos. Agregamos las hojas de laurel y el zumo de limón.

9)    Desparramamos la salsa sobre el pollo en la cazuela para hornear y estofamos en el horno, girando las piezas cada 40 minutos, hasta que el pollo esté muy tierno, aproximadamente 80-90 minutos. 

10) Emplatamos desechando las hojas de laurel y el romero y servimos el pollo tibio, con abundante salsa.

 



Tips & Tricks

 

Puedes usar salami artesano, pero te costará a precio de jamón ibérico y el salami de supermercado de buena calidad te irá bien para esta receta. Vale la pena buscar una tienda en el mercado y comprar buenas aceitunas verdes como sevillanas curadas o aceitunas picholine. Las aceitunas verdes envasadas pueden servirte en caso de urgencia, pero si no las enjuagas bien harán que el plato sea más salado y pueden alterar el gusto de la salsa así que ojito.

Finalmente tamiza la harina, eso hará que se integre mucho mejor y evitarás grumos ocasionales.