domingo, 24 de noviembre de 2024

Buñuelos de jamón y queso de cabra

Bienaventurados lechones, hoy toca una receta para ir calentando motores de cara a las Navidades, aunque también es receta para toda ocasión con la que nunca iréis a defraudar ni a propios ni a extraños. Aunque alerta, un 80% de los "modernos" no podrá degustarla ya que ni es apta ni para veganos, ni intolerantes al gluten ni a la lactosa. ¡Ahí queda eso!, una receta con fundamento apta para boomers y poco más para los tiempos que corren (algún millennial habrá también que se atreva)

Material:

150 gramos de jamón de bellota* 

100 gr de queso de cabra sin corteza**

200 ml de leche

100 gr de harina

50 gr de mantequilla

2 huevos XL

½ cucharadita de levadura en polvo

Sal y pimienta negra al gusto

Aceite de oliva extra

Hierbas para adornar (perejil fresco picado suele servir)

* (hacedme caso, que la ocasión lo merece, no caigáis en la tentación de usar del país)

** (si a un rulo pequeño le quitáis la corteza ya lo tenéis)

Métodos:

En una cazuela calentamos la leche con la mantequilla a fuego medio (4.5 en la inducción)
hasta que se derrita por completo la mantequilla y se amalgame con la leche, en este punto subimos un poco el fuego (en mi caso subí hasta el 6)

Cuando empieza a hervir, echamos la harina de golpe y removemos con energía, como si no hubiera un mañana, hasta que la masa no quede por las paredes de la cazuela y forme una bola en el fondo de esta. Llegados a este punto, retiramos la cazuela del fuego y dejamos reposar.

                           
Cuando la masa está tibia, añadimos los huevos de uno en uno mezclando bien después de cada adición hasta que la masa este suave y homogénea tras la inclusión de cada huevo. En este punto incorporamos la levadura en polvo y volvemos a remover para lograr una perfecta integración de los componentes recién añadidos.


  




Si os gusta embadúrnaros poneos guantes y amasar a mano es una excelente opción.
Cortamos bien fino el jamón (Al final me decanté por una paletilla de ibérico de bellota que tenía por casa) y lo incorporamos junto con el queso de cabra (para esta ocasión utilicé un rulo de cremoso de cabra que facilita la integración de los componentes, pero puede usarse también los rulos más secos y “desmigar” el queso para incorporarlo a la masa de los buñuelos. 

  



Calentamos el aceite de oliva en una sartén y con la ayuda de un par de cucharas (como en la receta de los bolinhos de bacalhau: http://kendocrinologia.blogspot.com/2024/04/bolinhos-de-bacalhau.html) les damos forma. Estos buñuelos tienen una consistencia mucho más suave que los bolinhos por lo que también pueden darse forma y mucho más fácilmente con una manga pastelera. 


Una vez dorados y esponjosos los retiramos de la sartén y los dejamos sobre un colador con papel de cocina para recoger el exceso de aceite. 



Servimos en una bandeja decorada con algo verde (normalmente perejil, pero a las malas cualquier hierba verde servirá ya que ante la ricura del buñuelo a ningún pajarillo hambriento se le ocurrirá ir a por el vegetal.



Hala lechones ¡a disfrutar!