viernes, 23 de julio de 2010
Una anécdota de Aparício Torelly
En la facultad de Medicina, el profesor se dirige a un alumno y le pregunta: “¿Cuántos riñones tenemos?”
“¡Cuatro!”, responde el alumno.
“¿Cuatro?”, replica el profesor, arrogante, de esos que sienten placer en pisotear los errores de los alumnos.
“Traiga un fardo de pasto, pues tenemos un asno en la sala”, le ordena el profesor a su auxiliar.
“¡Y para mí un cafecito!”, replicó el alumno al auxiliar del maestro.
El profesor se enojó y expulsó al alumno de la sala.
El alumno era el humorista Aparício Torelly, conocido como el Barón de Itararé (1895-1971)
Al salir de la sala, todavía el alumno tuvo la audacia de corregir al furioso maestro:
“Usted me preguntó cuántos riñones ‘tenemos’.
‘Tenemos’ cuatro: dos míos y dos suyos. Porque ‘tenemos’ es una expresión usada para el plural. Que tenga un buen provecho y disfrute del pasto”.
La vida exige mucho más comprensión que conocimiento. A veces, las personas, por tener un poco más de conocimiento o ‘creer’ que lo tienen, se sienten con derecho de subestimar a los demás...
(más información del personaje en: http://pt.wikipedia.org/wiki/Bar%C3%A3o_de_Itarar%C3%A9)
Pasa con bastante frecuencia esto que narras.
ResponderEliminarDoncs si, i a tots els nivells de la vida i a totes les professions i activitats. Es ben veritat que quan més coneixements acumula una persona si no evoluciona paral•lelament amb ells i els assimila no guanya en saviesa si no en estupidesa.
ResponderEliminar