La revuelta blanca

Un amigo me ha enviado este texto, el cual os transcribo íntegro, atribuido a Miquel Dalmau y aparentemente publicado en el Diario de Mallorca.

La Revuelta Blanca
En honor a la verdad estos chicos estaban tardando demasiado. Era una vergüenza que un país latino como el nuestro necesitara tanto tiempo para echarse a la calle. Pero esa demora incomprensible es la prueba de que la sociedad española lleva ya demasiado tiempo atontada, sin ideas ni valores, y entregada a placeres menores y objetivos mezquinos. En relación a este picnic primaveral que se ha organizado en nuestras plazas no soy muy optimista, lo confieso, porque es demasiado pacífico y le faltan bemoles. En esta revuelta todavía no he olido ni un gramo de pólvora, y sin pólvora más vale que nos volvamos a casa y no le fastidiemos el weekend al ministro del Interior.
Mientras miraba la tele, el otro día pude leer una pancarta muy interesante. “Detrás de cada corrupto hay seis tertulianos” En efecto. Uno de los males de este país es la profusión de tipejos que vierten sus opiniones en los medios de comunicación. Es incomprensible que se les haya dado cancha a unos mediocres, la mayoría incultos y manipuladores, para que analicen los hechos a su antojo y nos vendan nuestra realidad. La tiranía de una prensa que se dice rica y plural al servicio del ciudadano es una de las trampas de la democracia española. Y así nos va. Pero no son los únicos responsables, desde luego, sino que ejercen de cómplices y encubridores. Dicho esto, estoy convencido de que en este país sobran varios centenares de individuos. Estos individuos son por así decir el cáncer que nos ha llevado a esta situación. Al igual que en otros lugares estas células cancerosas han invadido todos los ámbitos de la sociedad, pero principalmente aquellos donde se asienta el poder: son políticos, banqueros, jueces, abogados, empresarios, obispos, líderes de opinión, presidentes de clubs de fútbol, etc. Salvo honrosas excepciones, que las hay, toda esta basura es la responsable de nuestros males. Pero no hay forma de hincarles el diente porque lo controlan todo.
Y no sólo eso: encima están instalados a perpetuidad en el cinismo, la injusticia y la desvergüenza. Son los que permiten, por ejemplo, conceder un aval estratosférico a un club para fichar a Cristiano Ronaldo y al mismo tiempo se dedican a perseguir a muerte a un tonto como usted o como yo por el impago de una factura. La pregunta debería quitarnos el sueño: ¿cómo hemos podido llegar hasta aquí? ¿cómo hemos permitido que, además de zorras, tengamos que pagar su cama? Tendríamos que hacérnoslo mirar. Entretanto yo sigo siendo partidario de la sangre y del fuego. En seis mil años de historia la Humanidad ha sido incapaz de dar un verdadero cambio sin ellas. Más que nunca hoy creo en los castigos ejemplares. No se trata de mandar a esta chusma a la cárcel, se trata sencillamente de expulsarlos del país o de rebanarles el pescuezo. Así ha sido siempre y así debería ser ahora. Porque entonces aquel individuo que los sustituyera se lo pensaría dos veces antes de alargar la mano. Y arruinarnos la vida.



Miguel Dalmau