Éramos cuatro en mi familia. matrimonio y dos hijos en edad de ir al instituto. Vivíamos en la ciudad y solo trabajaba uno de nosotros. Al mes entraban en casa 1.100 euros.
Nos hablaron del PER y pensando en ello decidimos vender el piso e irnos a un pueblo andaluz cuyo alcalde era un amigo de mis tiempos juveniles.
Hablé con mi amigo, vendimos el piso de la capital, de 3 dormitorios, por 245.000 euros. Compramos en el pueblo un trozo de finca de aproximadamente unas dos Has. de regadío y una casa de 4 dormitorios. Todo ello nos costó 205.000 euros.
Arreglamos todos los papeles con la ayuda de nuestro conocido el alcalde y nos apuntamos mi esposa y yo al PER.
Empezamos a recibir cada uno 600 euros x 2 = 1.200 euros al mes. Sin trabajar. Más de lo que ganaba al mes en la ciudad trabajando. Al tener con el PER todo el tiempo libre pude dedicarme a hacerlo en nuestra finca, en donde incluso teníamos animales domésticos.
De la finca empezamos a sacar dos cosechas anuales por un importe aproximado de 4.500 euros en cada cosecha. Eso sí, el trabajo lo hacíamos entre los dos, sin ayuda exterior y, claro está, sin pagar a la SS, ni impuestos, ya que éramos “pobres” obreros parados acogidos al PER.
Al final del año el ingreso de la familia se multiplicó, y la crisis es para los demás. ¡Ah!, como oficialmente somos pobres, pobres, nos han dado becas para los niños y los tenemos en la ciudad con los abuelos estudiando. Cuando terminen los estudios, como ya serán mayores de edad, si no se colocan, nos los traeremos al pueblo y los apuntaremos al PER hasta que se coloquen: otros 1.200 euros al mes, y así sin problemas gracias al PER.
Cuando se nos acabe el PER nos haremos con las veinte jornadas que necesitamos y otra vez al PER. Y cuando llegue la jubilación, tanto mi esposa como yo la tenemos asegurada, ……¡¡¡Viva el PER!!!! ¡Ah! Y ahora en una cuentita ahorrando lo que podamos, por si se os ocurre votar mal y se nos acaba esto, tener un buen plan de pensiones. Señores, sean espabilados y actúen, que si padecen crisis es porque quieren, no piensan o piensan poco.
Y cuando lleguen elecciones… ¿saben a quién votamos? .... Pues sí, a ese, ¿aquién si no?. Lo siento,pero miro por mi familia.
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