Acabo de regresar de Madrid, el lechón viajero en esta ocasión ha ido no por trabajo como habitualmente sino por Kendo affairs. Hoy la federación organizaba un examen de cinturón negro de 1 a 3er dan en el pabellón multiusos del Consejo Superior de Deportes. Así que tras encomendarme a ancestros, senseis y sempais, ayer plegué con mimo mi primer keikogi y hakama, me aseguré de llevar conmigo los presentes que Owa Sensei en su día me obsequió (un amuleto de fortaleza, que colgué en el Do, y el tenugui) y repasé el estado de los shinais y bokto.
El examen estaba programado a las 10 de la mañana. Pero hasta las 10:45 no han empezado los preparativos. Comprobar las asistencias, marcar los números en el taré, explicar la dinámica del examen... Me toca el 107, miro a mi alrededor buscando los números que me anteceden para visualizar mis compañeros de examen. 106 más o menos mi misma complexión, respiro aliviado, 105 alto como un San Pedro (pienso, me costará marcarle un men a esas alturas) y el 104 un poco más alto que yo y mucho más corpulento (Horror, un flash me devuelve a la memoria el competidor de Murcia en la Kurasawa).
Al final elijo un shinai nuevo, que la ocasión bien lo merece. Acaban los del primer turno 101,102, y 103, entramos los del segundo del 104 al 107. Me toca realizar el Kirikaeshi inicial con el 106, la cosa empieza bien. Misma altura, buena disposición, entramos los dos de frente, marcamos los men y los kotes. Sigo en el shiado y entra el segundo de los examinandos, el 104. No puedo evitar los nervios. Pero tras el ajimé los pensamientos desaparecen y me dejo ir y a pesar de mis temores me encuentro con un compañero noble que entra y deja hacer. Acaban los gi-geikos. Los jueces nos dicen que todos pasamos a las katas (suspiro aliviado). En las katas somos impares, así que Alex, un tercer dan que no se examinaba actuó de sitachi para mi. Un lujo. Practicar con alguien que sabe mucho más que uno siempre es una ventaja en estos casos. A pesar de tenerlas ensayadas, empiezo con el boken cambiado de mano. Así que he tenido que rectificar la posición para empezar con el saludo. La seguridad que llevaba se me esfuma en ese momento. Pero miro de sobreponerme y empezar las katas. Poco a poco, con tensión en el boken, marcando los pasos y los movimientos. Los conceptos que nos dió el sensei el viernes a Kawa Yama y a mi antes de empezar la clase de Iai me permitieron realizar con soltura y seguridad las katas. Al final tras los nervios la alegría. Todos los que nos presentábamos a primer Dan hemos aprobado.
Al acabar el examen los Sensei nos dirigen la palabra y cada uno de los cinco nos explica lo que hemos hecho bien, y lo que hemos hecho mal, lo que necesitamos mejorar y lo que hemos de practicar. Los de Madrid se quedan a un gi-geiko final, yo he de cambiarme y correr a la estación que me espera el tren de vuelta, pero dejo nuevos amigos en Madrid con los que espero volver a encontrarme y compartir unos Men y unas risas.
El 107 (Casi Bond, James Bond)
Amuleto de Fortaleza colgando del Do
Tenugui de Owa Sensei
Shinai recién estrenado en el examen
Son muy importantes las clases, los compañeros/as, amuletos, etc, etc., pero lo más importante es el espiritu al que se va en un examen y ese estaba el domingo a tu favor.
ResponderEliminarFelicidades. Has finalizado tu estapa de bachillerato y empiezas la Universidad.
;)
ResponderEliminarGràcies Mestre! El amuleto fue un regalo de Owa Sensei y lo llevé más por quien me lo regaló que por su valor "mágico". La magia del amuleto y del tenugui era el agradecimiento a las enseñanzas de un maestro que será difícil que volvamos a ver. Lo del espíritu es importante, pero más kyai saqué en la Kurasawa, creo que en Madrid entendí lo que realmente era el examen, Espíritu, Kamae, Kyai y buena base. Cómo decía aquel, la fuerza sin control no sirve de nada.
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