Una vez me dijeron que las personas no eligen libros, son estos los que escogen a las personas. Con los años me he dado cuenta de la verdad que encierran estas palabras. Muchos de los libros que he leído lo han sido por el más puro azar (o tal vez no). En todo caso casi nunca me los recomendó nadie ni nunca han sido best sellers. Un comentario en la contraportada, una imagen en la portada, el tacto del papel, el olor,…Mensajes imperceptibles que marcan la elección y luego, empiezas a leer.
Mi último libro, el cual estoy leyendo ahora es “Soy un gato” de Natsume Sōseki. He de confesar que jamás hasta ahora había oído de él. Pero la espera habrá valido la pena. Igual que descubrí a Haruki Murakami con Kafka en la playa y luego devoré su literatura ahora me he encontrado con Sōseki y por lo que me está gustando es más que probable que siga los mismos pasos.
Es una pena que la literatura japonesa sea tan desconocida en occidente pero no tiene por qué extrañarnos que así sea cuando en la enseñanza obligatoria ya no se cuidan ni los propios clásicos. Preguntad a cualquier estudiante de ciencias sobre el estilo del Monasterio de los Jerónimos, el tipo de bóveda de Santa María del Mar, o quién escribió Orlando el furioso y os daréis cuenta que ni lo saben y tampoco les importa. Entre el triunfo de la incultura popular (la ignorancia se aplaude y los ignorantes se vanaglorian) y la indiferencia por lo que “no es útil” dónde encontraremos al hombre cómo reflejo del creador?
(o de la creación si se prefiere).
Os copio parte del texto de la contraportada por si os animáis.
“Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre”. Éste es el comienzo de la primera y más divertida novela del genial, una auténtica obra maestra de la literatura japonesa. El libro narra en primera persona las aventuras de un gato observador que convive, casi por casualidad, con un grupo de llamativos personajes: el profesor Kushami y su familia, los dueños de la casa donde vive el gato protagonista; Meitei, charlatán y molesto; o el joven estudioso Kangetsu, que de vez en cuando intenta seducir a la hija de los vecinos.
Soy un gato fue escrita poco tiempo antes de la elogiada Botchan, y fue pensada como una sátira de la burguesía Meiji. Ingeniosa y plagada de un ácido sentido del humor, pone delante del lector la mirada filosófica del gato más incisivo y crítico para con los delirantes seres humanos con los que le ha tocado vivir.
El japonés Natsume Soseki, nació en 1867 cerca de Edo, descendiente de una familia de samuráis venida a menos. En 1884, su familia lo insta a que se matricule en la Universidad Imperial de Tokio para cursar Arquitectura, si bien termina estudiando Lengua Inglesa. En 1886 conoce al poeta Masaoka Shiki, quien comienza a enseñarle el arte de la composición de haikus. En 1900 Soseki recibe una magra beca del gobierno japonés y se le envía a Inglaterra. En este país pasará los años más tristes de su vida. Por fortuna, regresa a Japón en 1902 para enseñar en la Universidad Imperial de Tokio, como profesor de Literatura Inglesa. La carrera literaria de Soseki se dispara definitivamente con la publicación en 1905 de Soy un gato, esta novela que ahora podemos leer en español.
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