El calor empieza a hacer presencia en la ciudad y se nota en el Dojo. Calentamientos más suaves y sesión de katas de tachi y kodachi antes de seguir con un poco de base y acabar con un Mawari-geiko- Al final hemos sudado y el sensei se ha teñido de azul (estrenaba keikogio y hakama).
Para los lechones dilectos unas curiosidades del indigo que a parte de colorante és también desinfectante y repelente de mosquitos.
El tinte azul Índigo es uno de los tintes más antiguos utilizados en Japón. Originalmente importada de China el colorante índigo (Ai-iro en japonés) es altamente resistente a la decoloración.
La tela teñida de índigo pierde su color por el roce o el lavado, aunque la luz del sol no afecta a su color. Sorprendentemente, se han recuperado algunos tejidos de antiguos sitios arqueológicos en Japón que aún conservan su color índigo.
En la el antiguo Japón el color índigo se escogió por su durabilidad, su capacidad para ocultar la suciedad y como repelente de mosquitos, aunque esta última propiedad repelente es muy probable que se deba más a la solución alcalina de la orina de animales que se utilizaba el proceso de teñido antiguo.
Para crear tinte natural de índigo, las hojas de la planta se trituran y se colocan en grandes cubas donde fermentan. El líquido de la planta comienza siendo un líquido amarillo verdoso, y cuando el líquido se oxida por su exposición al aire con la ayuda de una solución alcalina, adquiere su característico color azul oscuro.[...]
La hakama o keiko gi se sumerge varias veces en una cuba de tinte hasta que esté suficientemente coloreada, y se lava para eliminar el exceso de tinte.
En 1883 se consiguió sintetizar el índigo por primera vez de manera artificial a manos de Adolf von Baeyer, pero no se empleó de modo industrial hasta una nueva síntesis en 1890 hecha por Karl Heumann, que resultaba más barata de elaborar.
El teñido natural de la Hakama tiende a ser muy caro, pero su azul es más duradero.
INDIGO NATURAL
Se denomina índigo natural, añil o índigo a una pasta colorante que se ha usado para teñir telas, en la fabricación de tintas y como pigmento pictórico.
Se elabora macerando en agua los tallos y las hojas de ciertas plantas del género Indigofera, como Indigofera tinctoria e Indigofera suffruticosa; de esto resulta una pasta de color azul oscuro intenso, algo purpúreo. Esta es la coloración índigo específica, aunque también se le ha llamado, inespecíficamente, añil y glasto. El color se debe a la indigotina, producto de la oxidación del indoxilo, derivado de la hidrolización del indicán contenido en la pasta colorante.2 Puede verse una muestra de color índigo específico en el recuadro de la derecha.
El uso de índigo de plantas del género Indigofera se remonta al año 1580 a.C. (aprox.) en el antiguo Egipto, donde fue identificado en el vendaje de momias.
La primera mención occidental del tinte de índigo se debe a Vitruvio en el siglo I a.C., en tanto que el proceso de elaboración de la pasta colorante en India fue descrito por Marco Polo; en esa región el índigo se usa desde el 2000 a.C., como tinte y como pigmento.
En mesoamérica precolombina, el añil se extraía de diversas especies de plantas del género Indigofera conocidas hoy con el nombre de jiquilite, y se usaba normalmente para teñir túnicas y ropajes sacerdotales. El añil americano también formaba parte de la fórmula del pigmento azul maya, de notable estabilidad. En la región se produjo índigo natural hasta mediados del siglo XIX, momento en el que comenzaron a descubrirse y fabricarse industrialmente los colorantes sintéticos en Europa.
En general, la obtención de índigo de plantas del género Indigofera ha estado restingida a las regiones cálidas del planeta (salvo en los casos de exportación del colorante), mientras que en las zonas más frías se recurrió a otras plantas, como el glasto (Isatis tinctoria) y Polygonum tinctorum. También produce un tinte índigo el caracol marino Hexaplex trunculus, pero el tinte de caracoles no fue ampliamente usado debido a lo difícil de su obtención.
ÍNDIGO ARTIFICIAL
Índigo artificial, índigo sintético, indigotina o índigo es la denominación común de los colorantes industriales que se obtienen a partir de la unión alcalina del ácido anilino acético o del ácido fenilglicina ortocarboxílico.
El químico alemán Adolf von Baeyer obtuvo la primera síntesis de índigo artificial en 1880, y la perfeccionó en 1883 tras una larga investigación sobre el benceno, lo que le valió un premio Nobel en 1905, a pesar de que su método no producía un índigo suficientemente barato como para reemplazar al natural. Finalmente, el suizo Karl Heumann, en 1890, logró la síntesis adecuada para uso industrial. Uno de los nombres que recibió por entonces el índigo artificial fue «azul de Prusia».