viernes, 6 de diciembre de 2024

12 katas iaido Setei iai détaillées

Tortilla de setas (aprovechando sobras)




 Ayer cociné un potaje de garbanzos y trompetas de la muerte, pero sobraron unas pocas de estas deliciosas setas y hubiera sido una pena enorme no aprovecharlas (Para más información sobre este delicioso hongo revisa la entrada anterior).

Así que de nuevo en el mercado adquirí unos pocos camagrocs o remozuelos o angulas de monte (Cantharelus lutescens) y rossinyols o rebozuelos ( Cantharellus cibarius) y aprovechando unos espárragos verdes y ajos tiernos que tenía por casa elaboré una tortilla que para una cena ligera y agradable no está nada mal!

Materiales:

Restos de Trompetas

Unos pocos camagrocs

Unos pocos rossinyols

Puntas de espárragos verdes

Rodajitas de ajos tiernos

2 huevos


Métodos:

Aunque todos sabemos hacer tortillas hay que seguir un orden

1. Freir ligeramente las trompetas y reservar en un extremo de la sartén para que sigan dejando jugos pero no se quemen. Como las trompetas aromatizaran el aceite, es mejor pasarlas por la sarten en primer lugar.


2. Seguimos con el resto de las setas a las cuales hemos cortado los pies (los rossinyols huelen endiabladamente bien también). Cuando empiezan a dorar las reservamos. Cortar los pies facilita por una parte un tueste homogeneo de la corola y por otra nos simplifica el voltear la tortilla una vez añadido el huevo.

3. Echamos a la sarten el ajo tierno, los espárragos y los pies de los  camagrocs y rossinyols y mezclamos con las trompetas

4. Ya solo queda añadir el huevo y los sombreros de los camagrocs y rossinyols, voltear y listo!


5. Bon profit!



Potaje garbanzos y trompetas de la muerte


Hoy llueve, tal vez no, pero hace fresco y el día está tristón y ¡caramba! apetece cocinar y comer un plato bien calentito. Así que esta mañana en el mercado cuando he visto que vendían trompetas frescas me ha venido a la mente hacer un potaje con garbanzos y estas siempre agradecidas setas.

Las trompetas son hongos oscuros, entre el azul-gris y el negro, visualmente puede ser poco atractiva para algunos, pero son setas muy aromáticas y de sabor muy profundo que puedes degustar de muchas maneras (con las que me sobraron de este guiso preparé una tortilla de muerte (y valga la redundancia).  Por su intensidad aromática también se la conoce como la trufa de los pobres o cuerno de la abundancia y si sois de ciencias es la Craterellus cornucopioides. 


Entre los nutrientes que aportan, destacan el cobre y el zinc, junto a las vitaminas del grupo B, las proteínas y los antioxidantes que refuerzan el sistema inmune y aporta además aminoácidos esenciales. Si sumamos los garbanzos (Cicer arietinum) que aportan fibra, proteínas, almidón, ácido oleico y linoleico (insaturados y carentes de colesterol), fósforo, magnesio, potasio y sodio tenemos un plato que rebosa salud por los cuatro costados.

 

Material

1.         600 gr. garbanzos cocidos (1 bote grande-mediano)

2.         150 gr. trompetas de la muerte frescas

3.         150 gr. calabaza

4.         1/2 cebolla

5.         trocitos de chistorra (o salchicha o carne)

6.         1 cucharadita carne de pimiento choricero

7.         1 cucharadita pimentón dulce de La Vera

8.         Ras el Hanout

9.         Sal

10.       Aceite para freír

11.       Caldo de escudella (cocido)



Métodos

1.     Poner un buen chorretón de aceite en una sartén alta o en una cazuela y freír las trompetas unos 2-3 minutos.  Retirar y reservar (sugerencia: depositarlas en papel absorbente)

2. En la misma sartén con el aceite que hemos usado para las setas (habrá quedado aromatizado por las misma) sofreír la calabaza cortada a dados pequeños, un par de minutos.

3. Añadir la cebolla cortada en brunoise, y sofreír a fuego lento un minuto.

4. Añadir la chistorra (o la vianda al gusto), la carne de pimiento e integrar, y añadir el pimentón y el Ras el Hanout. Mezclar todo bien, y cocinar un minuto a fuego lento sin dejar de mover.


5. Añadir las trompetas y saltear todo junto con una cucharadita de sal y pimienta al gusto.

6. Añadir los garbanzos enjuagados y escurridos y cubrir con el caldo de cocido.

    

7. Dejar a fuego fuerte 20 minutos, y rectificar de sal.

8. Calentar hasta que empiece a hervir, retirar y servir.



9  Bon profit !!!

   

El resultado final, creedme es una fabulosa combinación de productos y sabores, altamente recomendable y destinada a triunfar doquiera que la preparéis. YSi os atrevéis con este cuerno de la abundancia veréis como cada vez utilizaréis más esta seta en vuestra cocina. El sabor, textura, aroma,… una brutal maravilla.

 

 

Nota: Importante: si se trata de setas frescas como era el caso es necesario limpiarlas bien ya que suelen encontrarse restos de tierra y hojarasca.

Nota 2: Estas setas se encuentran frescas fácil en los mercados durante otoño e invierno y no son para nada caras (de momento). Para otros platos menos consistentes en los que quieras usarlas en otra estación del año en cualquier super se encuentran deshidratadas durante todo el año.

 

domingo, 24 de noviembre de 2024

Buñuelos de jamón y queso de cabra

Bienaventurados lechones, hoy toca una receta para ir calentando motores de cara a las Navidades, aunque también es receta para toda ocasión con la que nunca iréis a defraudar ni a propios ni a extraños. Aunque alerta, un 80% de los "modernos" no podrá degustarla ya que ni es apta ni para veganos, ni intolerantes al gluten ni a la lactosa. ¡Ahí queda eso!, una receta con fundamento apta para boomers y poco más para los tiempos que corren (algún millennial habrá también que se atreva)

Material:

150 gramos de jamón de bellota* 

100 gr de queso de cabra sin corteza**

200 ml de leche

100 gr de harina

50 gr de mantequilla

2 huevos XL

½ cucharadita de levadura en polvo

Sal y pimienta negra al gusto

Aceite de oliva extra

Hierbas para adornar (perejil fresco picado suele servir)

* (hacedme caso, que la ocasión lo merece, no caigáis en la tentación de usar del país)

** (si a un rulo pequeño le quitáis la corteza ya lo tenéis)

Métodos:

En una cazuela calentamos la leche con la mantequilla a fuego medio (4.5 en la inducción)
hasta que se derrita por completo la mantequilla y se amalgame con la leche, en este punto subimos un poco el fuego (en mi caso subí hasta el 6)

Cuando empieza a hervir, echamos la harina de golpe y removemos con energía, como si no hubiera un mañana, hasta que la masa no quede por las paredes de la cazuela y forme una bola en el fondo de esta. Llegados a este punto, retiramos la cazuela del fuego y dejamos reposar.

                           
Cuando la masa está tibia, añadimos los huevos de uno en uno mezclando bien después de cada adición hasta que la masa este suave y homogénea tras la inclusión de cada huevo. En este punto incorporamos la levadura en polvo y volvemos a remover para lograr una perfecta integración de los componentes recién añadidos.


  




Si os gusta embadúrnaros poneos guantes y amasar a mano es una excelente opción.
Cortamos bien fino el jamón (Al final me decanté por una paletilla de ibérico de bellota que tenía por casa) y lo incorporamos junto con el queso de cabra (para esta ocasión utilicé un rulo de cremoso de cabra que facilita la integración de los componentes, pero puede usarse también los rulos más secos y “desmigar” el queso para incorporarlo a la masa de los buñuelos. 

  



Calentamos el aceite de oliva en una sartén y con la ayuda de un par de cucharas (como en la receta de los bolinhos de bacalhau: http://kendocrinologia.blogspot.com/2024/04/bolinhos-de-bacalhau.html) les damos forma. Estos buñuelos tienen una consistencia mucho más suave que los bolinhos por lo que también pueden darse forma y mucho más fácilmente con una manga pastelera. 


Una vez dorados y esponjosos los retiramos de la sartén y los dejamos sobre un colador con papel de cocina para recoger el exceso de aceite. 



Servimos en una bandeja decorada con algo verde (normalmente perejil, pero a las malas cualquier hierba verde servirá ya que ante la ricura del buñuelo a ningún pajarillo hambriento se le ocurrirá ir a por el vegetal.



Hala lechones ¡a disfrutar!


 

Malpraxis...o dislexia periodística

De nuestros amigos argentinos  (https://www.verbub.com/i/156557/otra-denuncia-contra-la-clinica-se-rompio-el-tobillo-y-le-operaron)



y chilenos (https://www.lacuarta.com/cronica/noticia/tobillo-derecho-izquierdo/231217/#) (https://www.emol.com/noticias/Nacional/2017/10/18/879738/Error-en-cirugia-Hombre-tenia-fractura-en-pie-derecho-y-le-operaron-el-izquierdo.html), pero podría ocurrir en cualquier país hispanoparlante.


domingo, 20 de octubre de 2024

Skynet está próxima


 

Frango na púcara

Lechones hoy vamos al pollo con f. F de frango malpensados. El frango na púcara es una receta tradicional portuguesa, que por lo que he leído es original de Alcobaça (Leiria), pollo a la cazuela de barro más o menos sería la traducción. Y es que ese es el secreto de este plato: La cocción del pollo con vino, licores y verduras en una cazuela de barro en el horno. Hay muchas recetas de pollo en la cocina portuguesa, no diré que tantas como de bacalao, pero sí que son muy numerosas. En cualquier ciudad se pueden encontrar asadores de pollos, donde la gente acude en festivos para disfrutar de una típica comida familiar (más o menos como también ocurre por estos lares, y es que el pollo es muy agradecido, gusta a pequeños y mayores). 

Para la receta se necesita una cazuela algo profunda de barro refractario, con tapa. Si no tenéis una púcara, podéis recurrir a una cazuela de hierro fundido que es la que yo utilicé en esta ocasión.

 

Material

Un pollo de 1,2 kgr. limpio y troceado

100 gr. jamón serrano en lonchas

250 gr de bacon ahumado cortado a dados

una cebolla (alternativa 3-4 chalotas)

3 tomates maduros

2-3 zanahorias

un pimiento

3 dientes de ajo

una cucharada de mostaza

150 cc. vino blanco seco

Sal

pimienta molida

50 cc. Brandy

100 cc. Oporto seco

Sal

Pimienta

Pimentón (dulce o picante)


 

Métodos

Es muy sencillo. Precalentamos el horno a 250º. 

 

Salpimentamos el pollo i echamos un poco de pimentón también sobre el mismo.

A seguir, se vierte un chorro de aceite en el fondo de la cazuela y le damos color al pollo, cuando empieza a cambiar de color lo reservas (¡ojo con no freírlo! Este paso se puede obviar si no estás seguro, en esta ocasión a la que empezaba a blanquear lo retiré, de esta manera le damos también algo de sabor al aceite y mantenemos toda la textura de la carne como si estuviera cruda -que lo está-). 

Añadimos los ajos aplastados, la cebolla, el pimiento, la zanahoria y los tomates cortados cubriendo el fondo de la cazuela con las verduras cortadas y añadimos las lonchas de jamón y los tacos de bacon. Acabamos por cubrir la base (que como veis tiene mucho fundamento que también es sinónimo de base) con el pollo troceado y salpimentado generosamente (como me gusta el picante usé pimentón picante en lugar de dulce). 



A seguir incorporamos la cucharada de mostaza y regamos con el vino blanco (en esta ocasión un vaso de verdejo de lujo) el brandy o coñac y el Oporto.  Ajustamos de sal y pimienta, tapamos y dejamos cocer en el horno a 200º durante una hora y cuarto (ojo con el cazo que usemos, la receta original hablaba de dejar el horno a 250º pero como el hierro fundido alcanza temperaturas muy altas bajé el horno a 200º. Destapamos y dejamos cocer en el horno, ya sin la tapa otros 30 minutos, o hasta que el pollo quede muy tierno. De hecho la carne se desprende de los huesos y estos quedan limpios!
Se puede decora con perejil picado (yo no lo hice pues incorpora otro sabor al plato y me pareció innecesario, pero hay quien así lo sirve).

Lo servimos en la misma cazuela y creedme que la salsa está para mojar pan!

 

Tips & Tricks: 

Algunas recetas optan por incorporar el oporto y el brandy en la última fase de la cocción el momento de retirar la tapa. Yo estimé mejor considerar la mezcla de alcoholes desde el inicio.

Se puede incorporar al aceite inicial una o dos guindillas para darle más sabor (Ains! Se me olvidó este detalle, la próxima vez seguro que no, pero aún así quedó de rechupete)

Hay quien en lugar de aceite usa mantequilla (solo para amantes de la enfermedad coronaria)

Ojo al ajo! No lo cortéis, simplemente lo golpeáis, quitáis la piel y lo echáis entero golpeado a la cazuela.

En alguna receta dejan en adobo el pollo un tiempo antes en una mezcla de aceite, pimentón, tomillo, laurel y otras hierbas y ajo cortado a trocitos. Lo encuentro innecesario y corremos el riesgo de darle sabores al pollo que disfrazarán nuestra cocción posterior. A mí ni se me ocurrió, pero recetas las hay que lo indican, así que lo dejo a vuestro criterio pero sabed que es una blasfemia