Antes de empezar con la receta os cuento lo que he encontrado sobre la historia de este postre originario de Jerez de la Frontera. Las monjas, que siempre han sido muy aprovechadoras en esto de los restos de los alimentos, no se tira nada que pueda ser útil más adelante (un buen consejo que también sigo en la cocina) fueron las primeras en describir este postre ya en el año 1324. Se conoce que por esas fechas las monjas del Convento de Espíritu Santo de Jerez de la Frontera preparaban un postre muy similar al actual en el que empleaban las yemas que sobraban de la clarificación del vino de la zona tal como rezan las crónicas de la época.
El tocinillo de cielo lleva pocos ingredientes, huevo, agua y azúcar y en la mayoría de las recetas no lleva nada más (yo le echo un toquecillo de limón al tocinillo). La textura final es parecida a la del pudin o los flanes ya que se realiza al baño maría, y además se corona con caramelo como estos últimos. Sin más divagaciones vamos a por la receta.
Material
Para el tocinillo:
6 yemas de huevos grandes (XL) de calidad
1 huevo grande entero
250 g de azúcar blanquilla
250 ml de agua
Para el caramelo:
125 gramos de azúcar granulado blanco
Un poco de agua (aprox unos 50 ml.)
1 cucharada sopera de zumo de limón
Métodos
1. Preparación del caramelo
Ponemos un cazo al fuego a intensidad media (4.5, 5 aprox en la inducción) para que alcance temperatura. Añadimos a seguir el azúcar (125 gr), un poco de agua (los 50cc o algo más pero poco) y el zumo de limón (una cucharada sopera) lo dejamos a fuego medio sin remover (de inicio no debemos mover el azúcar porque se apelmazará). Con paciencia veremos como poco a poco se forman pequeñas burbujas y el azúcar va adquiriendo tonalidades doradas. Cuando el azúcar empieza a cambiar de color es el momento de remover con una cuchara de madera y de este modo conseguimos que mezcle todo.
Retiramos de la encimera (inducción, vitro o fuego) y seguimos removiendo hasta conseguir un color de miel tostada propio del caramelo. Dejamos que baje la temperatura unos segundos (sobre un par de minutos me demoré en esta ocasión) y a seguir con el caramelo ya algo más frío, pero aún líquido cubrimos el fondo y la base de las paredes del molde que vayamos a emplear (es importante que toda la base este impregnada de caramelo. Y con esto acabamos la primera parte.
2. Preparación del tocinillo de cielo
Ahora es el momento de echarle huevos al postre. Es importante ir con cuidado para separar las claras de las yemas (con las claras sobrantes podéis hacer merengues o tortillas aburridas).
Incorporamos el almíbar poco a poco al batido de huevos sin dejar de remover. Este es otro de los puntos críticos, hay que añadirlo despacito (como la canción), bien poco a poco y con mucho cuidado, porque de no ser así se podrían empezar a cuajar los huevos y se nos quedaría algo así como una tortilla dulzona. Cuando este todo bien integrado es conveniente pasarlo por un colador para eliminar los grumos que puede que se haya formado por la cocción de las yemas (este punto os permitirá un postre perfecto, yo por las prisas me lo salte, pero “fortuna audaces iuvat” no quedaron grumos al final. Sin embargo, recordad la sentencia completa: “Audaces fortuna iuvat, non omnibus horis” Así que la próxima vez lo colaré
3. Cocción del tocinillo de cielo
Para lucir en la mesa y que nuestros invitados nos saquen a hombros lo mejor es retirarlo de la nevera un cuarto de hora antes y pasar un cuchillo estrecho y afilado por los bordes del molde antes de darle la vuelta al molde. Como alternativa y para evitar los daños que pueda causar el cuchillo en los laterales, una alternativa es calentar un poco la base del molde para derretir un poco el caramelo y hacer que el tocino resbale, con lo cual saldrá más sencillamente. El postre lo podéis preparar en flaneras individuales o bien en forma de una pieza única como hice en esta ocasión.
Fijaros qué textura, qué firmeza, qué belleza... si es para salivar más que el perro de Paulov
Tips & tricks
¡Alerta! En la elaboración del caramelo es importante ir con mucho cuidado ya que el caramelo alcanza muy altas temperaturas y os podéis quemar (dedos y lengua los golosos). Aprovecho para daros otro consejo, nada más acabar de elaborar el caramelo y verterlo sobre el molde, limpiad bien el cazo ya que si dejáis que se solidifique va a costaros quitarlo.
Si lo hacéis en encimera tapando la cazuela, para evitar que las gotas que se forman por condensación del vapor caigan sobre el molde y nos contaminen y deterioren el tocinillo podemos situar entre la tapa y la cazuela separando el molde en el fondo de la misma un trapo de cocina que irá reteniendo las gotas y evitará que caigan sobre el tocinillo.
Para asegurarnos que el almíbar esté a punto de hebra (la mejor de las condiciones para elaborar este postre), una vez que haya cocinado el almíbar, lo dejamos enfriar un poco y cuando esté templado cogemos una cuchara y nos pringamos un poco con el dedo, si se forma una pequeña hebra, lo tenemos listo. ¡Alerta de no quemaros! Es importante aseguraros que la temperatura ha bajado lo suficiente y que el almíbar este templado
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