Ni bien ni mal pero algo mejor

El entreno de hoy ha tenido de todo. He aprendido cosas (bien) que he intentado aplicar algunas veces con acierto (bien) otras demostrando mi natural escasa destreza (mal). Pero en todo caso me siento mejor tras salir del Dojo. A veces no sé bien si he dado el 120% o es que los años me pesan ya un montón. Probablemente las dos cosas. Sin embargo, tal como comentaba antes, salgo del entrenamiento con una cierta sonrisa interna de complicidad conmigo mismo. Algo he mejorado, algo he aprendido, algún paso he dado en el camino de la perfección, algunas preocupaciones he dejado, malos rollos olvidado, he intercambiado Kiai, he dado, he recibido (y no me refiero a los golpes malpensados! si no a aspectos más íntimos y personales) y me voy feliz. Quizás el kendo para mi sea solo eso y no es poco. O igual és más y está aún por descubrir.