Ayer tocaba entreno en el Ryo Shin Kai. Con agujetas hasta en la punta de la nariz tras el entreno con Leonardo Sensei en Bogotá fui al dojo con la idea de no perder el entreno pero también de no forzar. Haber entrenado a 2600m sobre el mar provocó que con la hipoxia generara una acidosis láctica del copón y que tuviera agujetas por todo el cuerpo desde el domingo. Al final pudo más el insensato que llevo en mi interior y a medida que pasaba la clase fui dando caña al cuerpo. Acabé entero pero molido. Me temía lo peor, pero esta mañana ya me dolía mucho menos todo el cuerpo y muchas de las zonas con agujetas ya estaban a punto para nuevas andanzas. Cosas del kendo y de la vida.
Ahhh, lechón insensato
ResponderEliminarAhhh lechón viajero
Que llevas el Ken-Do catalán
Allende los mares
Con tu diario esfuerzo nos haces más fuertes
Y con tu diarios comentarios, más preparados.
Ejem me sonrojo con tanta alabanza!
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