Agujetas hasta dónde la espalda pierde su nombre

De nuevo en el redil. Parece que la fraternidad está condenada al desencuentro. Cuando no falta uno falta otro. Creo que desde principios de este curso nunca hemos estado todos. Hoy Kendkido, Kend-ito y este escriba hemos sido los únicos representantes. La clase ha empezado con los estiramientos y calentamientos habituales, luego el Sensei ha puesto en un brete a los dos Sempais que fueron al curso de Vitoria haciéndoles explicar lo que habían sacado en claro del curso. Manel nos ha explicado la importancia de la postura, del zanshin y como mantenerlo. Luego hemos practicado los tradicionales trios de Kirikaeshi, men, men-men, kote-men y hemos completado la clase con gi-geikos libres. He empezado con Maese Kend-ito un intercambio noble de golpes. Luego he entrenado con un compañero de primer kyu. Aquí consciente de su superioridad, mi preocupación ha sido intentar marcar algún buen punto con independencia de los que él me marcara (que han sido muchos) y he acabado contento pues me han entrado algunos tantos razonablemente bien para ser un lechón en ciernes. Luego me he liado la manta a la cabeza y me he puesto con los dos Sempais. Sigo muy tenso cuando estoy con ellos. No consigo relajarme como cuando estoy con los otros compañeros. Tal vez por desear hacerlo perfecto siendo consciente de mis limitaciones. De cualquier manera siempre es gratificante estar con ellos pues algunas lecciones saco de provecho y en ocasiones consiguen sacar de mí más del 120% claro que luego tengo agujetas hasta en la fuente del Kiai. También he dedicado un rato a los nuevos neófitos dejándoles que me marcaran series de Men. Al final bastante cansado y satisfecho duchita y para casita. Lástima que este jueves tenga reunión de vecinos, aunque bien pensado pudíera ir con el bogu puesto y el shinai en mano a imponer orden.
Nos vemos lechones!

Foto by FRM. Ryo Shin Kai. Barcelona. 2009