La estupidez humana, igual que el universo, no tienen limites. Aunque en realidad no estoy completamente seguro del segundo. Esta frase que se le atribuye a Einstein viene como anillo al dedo a esta noticia que recuerda a la del negro de Banyoles pero en versión cómic.
Esta semana se ha iniciado en Bruselas un juicio contra Tintin. Sí, contra Tintin, el del mechón a lo Koeman, el héroe de los libros de viñetas de Hergé. Por suerte para él y para la humanidad no se sentará en el banquillo porque lleva muchos años enterrado. La gente es tonta. No cabe en España un tonto más, decía Santiago Amón (tomado de una noticia firmada por Alfonso Usia, periodista que no es santo de mi devoción pero que para esta faena viene que ni pintado). Pues si en España no cabe un tonto más parece ser que en Bélgica, sí. Todavía queda margen. El libro «Tintin en el Congo» se publicó en 1930 y refleja la costumbre, el momento y las ideas de esa época. África estaba colonizada por los europeos, y algunas naciones trataban con más comprensión que otras a los nativos. Bélgica no fue de las que más amigos hizo con los congoleños. En 1930, los negros eran considerados inferiores, y no había que viajar a África para experimentar la realidad de tamaña barbaridad e injusticia. En Estados Unidos y en el Caribe, el desprecio racial era idéntico o superior. Hergé en su libro desarrolla una historieta nacida de su tiempo. No hay duda de que, leído y visto hoy «Tintin en el Congo», resulta chocante, desagradable y fuera de lugar. En unas viñetas Tintin dispara sobre unos africanos y los compara a los monos. No hace mucho, el príncipe zulú Mangoshotu Buthelesi, refiriéndose a los negros sudafricanos que no son zulúes, lo hizo con el mismo desprecio y con la misma referencia hacia los primates. Si hoy sientan en el banquillo a un dibujo que representa a Tintin, tal vez mañana sienten a Pepe Gotera por inducir a la obesidad infantil. La pregunta del millón es ¿Quiénes son los idiotas que van a juzgar a un personaje de tebeo ochenta años después de su congoleña aventura?
Según parece, el promotor del exótico y extravagante proceso es un abogado del Congo, Bienvenu Mbutu, que acusa a Tintin de hacer propaganda de la colonización. Habría que recordar a Mbutu que los belgas fueron duros e implacables, pero unos benditos comparados con los propios congoleños cumplida la independencia. Lumumba, Mobutu, Tshombé y compañía se dedicaron a exterminar a quienes no pertenecían a su etnia.
Como afirma Usia en su comentario "Juzgar al protagonista de un tebeo es más que una memez. Además, los congoleños no se sienten tan perjudicados por lo que Hergé dibujó en 1930. ¿Y ahora qué? ¿Tintin a la cárcel y hacer hogueras con sus libros? "
Consejos y advertencias tras la lectura:
1. Corred a comprar vuestro ejemplar original de Tintín en el Congo; sin duda las reediciones posteriores van a salir censuradas.
2: Cuando algún descerebrado piense que ciertos comentarios del Quijote son ofensivos para los musulmanes...¿llevarán a Cervantes ante los tribunales por xenófobo?
3. Lo mismo que con Quevedo y los judíos.
Artunadament jo ja vaig fer la meva "cole" fa anys i no tindré "la sort" de llegir un Tintin capat. Això en converteix en racista tambè????.
ResponderEliminarDiuen en la meva terra que...
-Cuando el diablo no sabe que hacer, con el rabo espanta las moscas-
Tan diables ens en tornat??? :)))
Una abraçada molt forta Mestre Gladiador.
Jejeje, doncs si, es veu q hi ha memòria selectiva. Si tinguessim q fer revisió històrica de tot acabariem per canviar de patró doncs a Sant Jaume se'l coneix per matamoros!!!
ResponderEliminarChssssss!!! no ho comentis molt alt :))
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