Se trata de un plato estrechamente ligado a la gastronomía gallega pero, ¿Sabemos realmente de dónde procede y cuál es su origen?
Los griegos consideraban el pulpo como uno de los más excelsos manjares del océano, siendo, junto a salmones y lampreas, el plato elegido en ocasiones especiales de los más acomodados. Los maragatos empezaron a utilizar el pulpo seco que los gallegos no utilizaban, hidratándolo, y mezclándolo con aceite de oliva crudo y el pimentón extremeño, con los que comerciaban a diario. Tras observar el éxito del nuevo invento, los gallegos lo incorporaron como plato en sus fiestas regionales, ferias y romerías, y de ahí su nombre, “Pulpo á Feria”.
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