sábado, 3 de septiembre de 2016

Fidelidad

Cada 8 de marzo, frente a la estación de trenes de Shibuya (Japón), se rinde homenaje a la memoria de un perro de raza akita llamado Hachiko. 
Compañero del profesor del Departamento de Agricultura en la Universidad de Tokio, Eisaburo Ueno, lo acompañaba todos los días a la estación para despedirse de él cuando iba al trabajo, y al final del día volvía a la estación a recibirlo.
El 21 de mayo de 1925, el profesor Ueno murió de un paro cardiaco mientras daba sus clases. Esa tarde, como cada día, Hachiko corrió a la estación a esperar la llegada del tren de su amo, y ya no volvió a su casa esa noche.
Se quedó a vivir en el mismo sitio, frente a la estación, esperando infructuosamente a su amo durante casi diez años.
Conforme transcurría el tiempo, Hachiko comenzó a llamar la atención de propios y extraños en la estación, quienes le cuidaron y alimentaron durante ese largo período.
El 8 de marzo de 1935, Hachiko fue encontrado muerto frente a la estación. Su cuerpo fue disecado y guardado en el Museo de Ciencias Naturales del Distrito de Ueno (Tokio), y se erigió una estatua de bronce en su honor en la estación Shibuya.

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