Ayer volví al Dojo tras peregrinar por Florencia. Qué ciudad más hermosa. Es una ciudad para pasear con un amor. Lástima que como de costumbre fui solo y a trabajar grgrgrgrgrgr. Un entreno intenso. Hace un tiempo que hacemos las técnicas de base en grupos de tres y en el mismo tiempo hacemos muchos más ejercicios y claro los lechones fondones acabamos derrengados. Luego un gi-geiko con el sempai que siempre es intenso. Creo q este hombre sería un magnífico docente. Vive el kendo, le gusta explicar y te corrige sin parar. Realmente es bueno para los lechones. Tras él varios gi-geikos más con varios dan y para acabar el combate del siglo. El gran kendolechon aceptó el reto. Me dirijo a un extremo del tatami, él en el otro. Nos cruzamos la mirada. Saludamos y armamos el shinai. Tres pasos al frente. Quedamos en issohu-itto-no-maii. Descendemos sincronicamente a sonkio. Nos levantamos a la par con la mirada fija el uno en el otro. Lanzamos un kiai explosivo ambos. Damos un paso al frente para iniciar el intercambio de golpes y en medio del silencio de nuestra concentración irrumpe la voz del sensei dando por finalizados los gi-geikos. Un combate intenso!
:)
ResponderEliminarconheço a sensação... desafiar um amigo, de fitar os olhos concentrado, de lançar um kiai do fundo do hara... e sabes do que gosto mais? De no final do combate deixar o sorriso aflorar aos lábios e ficar a bailar nos olhos. Porque há alguns combates que só se têm com os amigos.
:D
Recuerda dilecto Maestro que, y cito a Sun Tzu
ResponderEliminar-Una batalla se gana antes de haberla empezado-
Un abrazo.
No hizo falta iniciar el combate, ya se vio que tu aura era superior.
ResponderEliminarSaludoooos.