No os llevéis a error dilectos kendolechones, este post va de cocina que no de otros temas. Mercedes, una buena amiga, me pidió que le pasase esta receta, así que a ella (y mi siempre presente gurú gastronómico el Chef Eloy) le debéis esta receta.
Como todas las de la cocina fácil del Kendolechón es una receta de elaboración sencilla al alcance de cualquier manazas culinario y de éxito asegurado. Os he de decir q soy más de muslo pues siempre he encontrado las pechugas del pollo demasiado "eixutes" (secas, literalmente enjutas) pero con esta elaboración aunque seáis de los míos disfrutareis de la pechuga
5 cucharadas grandes de miel
El zumo de 2-3 limones
Sal y pimienta molida
Como todas las de la cocina fácil del Kendolechón es una receta de elaboración sencilla al alcance de cualquier manazas culinario y de éxito asegurado. Os he de decir q soy más de muslo pues siempre he encontrado las pechugas del pollo demasiado "eixutes" (secas, literalmente enjutas) pero con esta elaboración aunque seáis de los míos disfrutareis de la pechuga
Material
4 pechugas de pollo
1 frasco entero de mostaza antigua (el pequeño de 260 gr)
Métodos
Este es un plato que se prepara en tres fases
Fase 1: Lo primero que debemos realizar es preparar la marinada para dejar el pollo allí inmerso durante la noche previa y reposando en el frigorífico. Para este menester exprimiremos a conciencia cuales inspectores de hacienda con un autónomo a dos limones para extraerles todo el jugo (como usé limones de mi jardín y tienen una gruesa capa de tejido subcutáneo utilicé 3 y medio). A esta base incorporado hasta cinco cucharadas soperas de miel bien colmadas (placer goloso), el frasco de mostaza a la antigua (en grano) y dos cucharaditas de café de sal (Eloy incorpora pimienta, pero como yo puse mucha más mostaza omití esta especia). Ahora a remover bien todo y con la mezcla a punto incorporamos las pechugas enteras, cubriéndolas por completo con para que se vayan marinando despacio como la canción...
El marinado es una técnica de cocina mediante la cual se coloca un alimento en remojo de un líquido aromático durante un tiempo determinado (desde un día hasta varias semanas), con el objeto de que tras este tiempo sea más tierno o que llegue a estar más aromatizado. Es común en el pescado y seguro q habéis comido escabeches y los más osados cebiches.
Fase 2: Una vez las pechugas han pasado la noche en remojo (en mi caso las preparé sobre las ocho de la tarde de la víspera y las cociné a las 14 horas del día siguiente) colocamos las pechugas en una fuente refractaria de horno a la cual previamente hemos echado parte del mejunje en el cual se han bañado las pechugas y esparcimos sobre ellas el resto de elixir.
Como acompañamiento a este plato las voces sugieren unos tomates al horno. En este caso lo idóneo es utilizar tomates enteros en conserva sobre los que se puede espolvorear ajo granulado y sal junto con azúcar para que se caramelicen. En nuestro caso; sin embargo, me decanté por unas patatas al horno
La razón, hemos de precalentar el horno a 200ºC durante 10 minutos con fuente de calor arriba y abajo. De este modo aprovecho para que se vayan cocinando las patatas y las tengamos a punto cuando saquemos las pechugas. Al cabo de los 10 minutos, introducimos la fuente con nuestras pechugas (las del pollo por Dios q no somos Aníbal Lechter) y reducimos la temperatura hasta los 180ºC.
Con 20-25 minutos de horneado tendremos las patatas y las pechugas a pedir de boca. Bien sabrosas y jugosas. Nota: En la receta original el tiempo de horneado es menor (unos 18 minutos) pero nuestras pechugas que eran más en número y volumen requirieron más tiempo)
Fase 3: Emplatar y deglutir
Con 20-25 minutos de horneado tendremos las patatas y las pechugas a pedir de boca. Bien sabrosas y jugosas. Nota: En la receta original el tiempo de horneado es menor (unos 18 minutos) pero nuestras pechugas que eran más en número y volumen requirieron más tiempo)
Fase 3: Emplatar y deglutir
No hay comentarios:
Publicar un comentario