Los motivos para realizar el seppuku (más coloquial «harakiri«) podían ser múltiples e iban desde aplicar la pena de muerte, una alternativa para salvar el honor ante una derrota, evitar que la vergüenza recayese sobre la familia o incluso una forma de protesta. Sin embargo, el seppuku conllevaba una serie de normas que era preciso observar para hacerlo debidamente. A seguir la etiqueta para un suicidio ejemplar.
1. La indumentaria: Solo los samuráis podían hacerse el seppuku, y para un samurái el momento culminante de su vida es, precisamente, el de la muerte. Para morir con el debido decoro, hay que hacerlo ataviado con las mejores galas y debidamente aseado y peinado. En este caso, un kimono de ceremonia (como si nosotros nos fuéramos a suicidar de frac). El color de elección es el blanco.
2. El lugar: El seppuku puede practicarse en cualquier sitio pero los lugares más recomendables son las dependencias de un templo, la propia casa o la celda donde uno se halle recluido. Los samuráis de alto rango pueden optar por hacerlo al aire libre, en algún patio o jardincillo acondicionado a tal efecto. No se necesitan grandes preparativos. Basta con una sencilla tarima, sobre la cual el interesado se colocará para ejecutar la faena, y un pequeño cesto (u hoyo en el suelo) para recoger su cabeza una vez debidamente cercenada. A partir de ahí, según el rango social del interfecto, pueden añadirse más elementos y decorar el espacio con cortinajes (siempre blancos), pasarelas, esteras de tatami, etc. Es preferible que la iluminación sea más bien tenue, para hacer el espectáculo un poco menos desagradable a los asistentes a la ceremonia. También es buena idea poner a quemar cantidades generosas de incienso, para disimular en lo posible el hedor a vísceras .
3. El poema de despedida: El ritual del seppuku se realiza en el más estricto silencio, no hay lugar para últimas palabras. Pero siempre tiene la opción de dejarlas por escrito, lo que se considera un gesto de gran elegancia. Un epitafio de "lo más" antes de ir al más allá.
4. Los testigos: Todo suicidio debe contar con la presencia de testigos que den fe del mismo (también acuden de rigurosa etiqueta).
5. El asistente: Abrirse la panza suele doler. Por mucho temple que tenga uno, no es descabellado que el dolor acabe haciéndole perder los papeles. Para ahorrar sufrimientos innecesarios y evitar mayores contratiempos, todo seppuku ritual cuenta con la figura del asistente o kaishaku cuya tarea consiste en cortar la cabeza de un tajo limpio al individuo una vez este ha terminado de eviscerarsel.
6.La herramienta: Suele usarse la espada corta, llamada kodachi o wakizashi. También se puede usar una daga, llamada tanto. La espada ha de presentarse con la hoja desnuda, sin guardamanos ni empuñadura, sobre una bandeja de madera y el interesado envuelve la hoja en un trozo de papel o de tela para no cortarse la mano al empuñarla.
7. La postura: Sentado en suelo (en seiza) sobre un pequeño estrado o tarima, a la vista de los testigos. Frente a él, al alcance de su mano, se coloca la espada a utilizar en el seppuku. El asistente, por su parte, permanecerá de pie detrás suyo en todo momento, listo para actuar cuando sea necesario. Antes de empezar el sujeto saluda a los testigos con una reverencia. Ante todo, es importante mantener las formas. Una vez concluidas las salutaciones, se despoja de la parte superior del kimono y se queda con el torso al descubierto, para que la hoja penetre más fácilmente en la carne.
8.
El corte: La palabra «seppuku», igual que su sinónimo vulgar «harakiri», significa «rajar el abdomen» en japonés. Y eso es es exactamente lo que hay que hacer. Se coge la espada y se clava en el bajo vientre; una vez hundida la punta en la barriga, se tira de la hoja para rasgar la carne. Para hacer más fuerza, es recomendable asirla con ambas manos. Lo habitual es cortar en sentido horizontal, de izquierda a derecha. Cuanto más largo y profundo sea el corte, mejor. Si quedan agallas, se puede dar un segundo corte, en dirección vertical. A seguir un ejemplo de cortes
9. El golpe de gracia: El instante preciso en que prestar ayuda es un asunto delicado y queda a entera discreción del asistente. En algunos casos, para evitar sufrimientos, el kaishaku se realiza en cuanto el suicidante hace el ademán de coger la espada, sin darle siquiera tiempo a clavársela en el vientre. Pero lo habitual es esperar a que haya terminado con los cortes y aguardar al momento justo en que empiecen a fallarle las fuerzas. El individuo q realiza el seppuku coopera dejándose caer levemente hacia delante, estirando el pescuezo, para que el asistente tenga un mejor ángulo de corte.
10. Recogida y cierre: Una vez finalizado el seppuku con el individuo eviscerado y decapitado, se procede a retirar el cadáver y limpiar. Un criado recoge la cabeza y se la presenta a los testigos, con lo que se da por concluida la ceremonia.
Fuente y texto completo en: https://historiasdelahistoria.com/2015/10/22/como-hacerse-el-harakiri-en-10-sencillos-pasos
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