El cerdo noble animal, padre de todos los lechones del mundo, del que todo se aprovecha y del que todo sabe bien (y sin embargo, tan mal visto por algunos ignorantes de la biología de este singular suis) será el protagonista de la comilona de hoy. Un acto antropológico para un lechón casi peor que Edipo pues aquí vamos a devorar el costillar del padre. Una receta fácil y sencilla para disfrutar de una explosión de sabores y conseguir que os saquen a hombros por la puerta grande.
Material:1,5 Kg de costillas de cerdo
3 naranjas
Pimienta negra y sal
1 frasco entero de mostaza (aproximadamente 250 gr)
Miel ( aproximadamente la mitad q de mostaza)
1 cerveza (en la foto 2 pero una es para el cocinero)
Metodos
1.- En un bol lo suficientemente amplio incorporamos la miel y la mostaza, el zumo de las naranjas, la sal y pimienta, la cerveza. Le damos a la minipimer o a la batidora para homogeneizar toda la mezcla
2.- versión corta: untar las costillas con la mezcla reposar unas horas y al horno3.- versión recomendada: sumergir el costillar en la mezcla incorporando el mismo al bol y dejarlo pasar la noche en el frigorífico no fuera a darle un golpe de calor. Recomendable girarlo al menos una vez (yo lo puse en la nevera sobre las 22, a las 8 del día siguiente lo giré y lo horneé sobre las 11:30)
4.- Colocamos el costillar sobre la bandeja de hornear y lo regamos con nuestra mezcla mientras precalentamos el horno a 130º
5.- A seguir lo horneamos durante 2 horas a esta misma temperatura para que la carne se vaya volviendo tierna mmmmm y más tierna.....
6.- Pasadas las dos horas subimos la temperatura a 180°C para el dorado externo final.
Tricks & Tips
Un acompañamiento de patatas fritas (otro pecado capital) rima en consonante. Pero solas tal cual están para mojar pan
La salsa podéis hacer como yo que la fui vertiendo sobre el costillar mientras se cocinaba y al final se recoge el líquido de la bandeja y se sirve sobre la carne
La mezcla de los ingredientes de la maceración nocturna es aconsejable irla probando para aseguraros que es de vuestro gusto. Ni muy dulce ni demasiado poco
Ojo también con la sal.
Ah para los curiosos usé la Voll Damm para la cocina y la Judas para el cocinero
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