viernes, 11 de enero de 2013

Shikai 四戒: Los 4 demonios del Kendo

Tomado del blog de Aranami (Escuela de Kendo en Madrid, tenéis acceso directo al original clicando sobre el nombre). En la página web del club encontraréis más material de utilidad (http://www.aranami-madrid.es/). Aquí os dejo una versión resumida del texto original.


Shikai 四戒 significa, literalmente, cuatro prohibiciones. Hace referencia a cuatro estados mentales que se deben evitar durante la práctica. 
Kyo (Sorpresa) En Kendo se debe evitar la sorpresa, porque te hace un blanco fácil para el ataque del oponente. Cuando nos sorprenden, reaccionamos de diversa manera: contenemos la respiración, retrocedemos, perdemos la correcta postura, dejamosde movernos ... Todas estas respuestas nos hacen un blanco fácil para el ataque del oponente.
Ku (Miedo) Si tenemos miedo al oponente, no tendremos posibilidades de derrotarlo.  Es la falta más imperdonable, puesto que es la más fácil de evitar, no hay ninguna razón para temer al oponente. En Kendo no hay riesgo real, ni tampoco se debe temer la derrota, es una parte importante del aprendizaje. El miedo reside en nuestro interior. Gi (Duda) Si estamos dudando de nosotros mismos o de nuestras habilidades, tenemos la misma respuesta que cuando se tiene miedo y perdemos la confianza. La duda es también la responsable de que perdamos oportunidades de ataque, y puede que sólo tengamos una.
Waku (confusión) Este es un estado mental que nos impide tomar decisiones.  Si nos vemos perturbados o confundidos, actuaremos lentamente o equivocadamente. Kendo es un arte marcial que requiere tener una mente plana y equilibrada. Al estar tranquilo y equilibrado, podemos realizar el mejor kendo contra cualquier oponente.

Cuando se ha superado a los cuatro demonios se puede decir que se tiene Fudōshin 不動心 Corazón imperturbable, o mucho más habitual y grabado en muchos de nuestros shinais, Mushin  無心  corazón vacío. Pero no hay que estar confiado, porque aunque pensemos que hemos conseguido expulsarlos de nuestro interior, Kendo es “una cosa de dos” y depende también de la capacidad del contrario para invocarlos.
Lo que juega en contra de nuestro adversario debe ser, por fuerza, nuestro aliado. Si pensamos, seguro que somos capaces de recordar algún compañero con el que nos solemos sentir confusos, o que nos sorprende continuamente. Puede que no lo sepa pero ha conseguido controlar nuestros demonios interiores, y eso le otorga una gran ventaja.

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