domingo, 18 de marzo de 2018

Un clavo en la rodilla


Érase una vez un kendoka leñador que se le ocurrió practicar karate con un listón, pero hete aquí que el pérfido listón tenía un clavo oculto y con el impulso del pie voló el listón quebrado hasta clavarse en la rodilla del cuitado leñador neófito. Resultado: tarde-noche de domingo en el hospital y tras 10 horas de analítica, radiología, re-vacunación y gamaglobulina antitetánica, antibioticoterápia endovenosa y una rodilla como un melón vuelta a casa. Conclusión : Zapatero a tus zapatos!
Pero esto no es el fin de la historia. Al  segundo día el hielo en la rodilla para disminuir la inflación me causó una quemadura al desplazarse el protector y quedar la bolsa en contacto con la piel. Lo dicho, Cuique suum!!!





 

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