domingo, 23 de noviembre de 2025

Pan de lentejas

Lechones, hoy una recetade pan para untar y saborear que además es apta para celíacos. El pan de lentejas tiene raíces ancestrales y se ha convertido en una alternativa nutritiva y saludable frente al pan tradicional. Su historia se remonta a las culturas mediterráneas y de Oriente Medio, donde las lentejas siempre se han considerado un alimento esencial por su capacidad de nutrir de manera económica y completa. En tiempos de escasez, las lentejas se utilizaban como sustituto de la harina, dando lugar a panes que no solo saciaban, sino que aportaban proteínas y energía comparables a la carne. Para los curiosos y fans de las momias os comento que incluso en la antigua civilización egipcia se han encontrado restos de lentejas en tumbas, lo que demuestra su importancia en la dieta desde hace más de 2000 años  

Las ventajas del pan de lentejas son múltiples y muy valoradas en la actualidad. Al no llevar harina de trigo, es una opción ideal para personas con intolerancia al gluten. Además, las lentejas son ricas en proteínas vegetales, fibra, hierro y otros nutrientes esenciales, lo que convierte este pan en un alimento altamente saciante y beneficioso para la digestión. También ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre y favorece la salud cardiovascular gracias a su bajo índice glucémico. En definitiva, el pan de lentejas combina tradición y nutrición, ofreciendo un sabor único y una alternativa sostenible y saludable para quienes buscan cuidar su alimentación.

 

Además, las lentejas rojas son un poco diferentes de las típicas pardas. Al ser desprovistas de su cubierta, se cocinan rápidamente y tienden a deshacerse, lo que las hace ideales para purés y sopas cremosas (y también para preparar este pan del cual os incluyo la receta). Su color rojo anaranjado se transforma en un tono dorado al cocinarse, lo que las hace atractivas en presentaciones. Además de ser rápidas de preparar, son una excelente fuente de proteína y fibra. ¿Y qué me dices de su contenido en hierro? Perfectas para quienes buscan un aporte nutricional extra en su dieta.


Pero no nos vamos a entretener más, vayamos al grano que diría un dermatólogo o un agricultor avezado de la receta del pan proteico de lentejas, sin gluten y hecho con pocos y sencillos ingredientes 

Esta receta es un ejemplo perfecto de cómo podemos aprovechar las legumbres para preparar una masa muy simple para un pan proteico rico en proteínas vegetales y, por supuesto, sin gluten porque no contiene derivados del trigo.


Material:

Lentejas rojas descascarilladas 400 gr
Agua a temperatura ambiente 180 gr

Levadura de cerveza seca 5 gr 

(si usais levadura fresca el equivalente sería sobre los  15 gramos)

Aceite de oliva virgen extra 50 ml

Sal fina 1 cucharadita colmada

(hay quien pone 2 pero a cierta edad conviene cuidar la tensión arterial)

Semillas de adorno en la superficie

(puse piñones que me sobraron de otra receta (también en este blog), pollo con gambas, pero eso es harina de otro costal y hay opciones más económicas e igual de interesantes como cubrir la superficie con pipas de girasol o semillas de lino).

Se puede añadir alguna hierba aromatica para darle sabor (en esta ocasión puse media cucharadita de orégano, era la primera vez, en la próxima ocasión echare 2 cucharaditas rasas)


Métodos:

Empecemos por el ingrediente principal, las lentejas rojas. Serán ellas las que le darán ese bonito color vivo a la superficie del pan después de hornearlo. El único paso que requiere un poco más de tiempo, pero casi ningún esfuerzo será el remojo: sumergiremos las lentejas en un cazo con abundante agua durante toda una noche, es decir, alrededor de 10 - 12 horas.

Después las escurrimos y enjuagamos para introducirlas en una licuadora junto con el agua limpia, la levadura de cerveza seca y el aceite de oliva. Licuamos todo hasta obtener una crema y añadimos la sal solo al final.


  



Ahora la masa debe subir durante una hora y lo hará directamente en el molde de plumcake donde se horneará, bien cubierto con papel de horno e idealmente la masa en el molde cubierto con un paño de cocina.
 

Después de la fermentación podemos espolvorearlo con semillas al gusto (yo usé como veis piñones) y cocinarlo: va en horno estático a 180°C durante 45 -50 minutos.

Una vez sacado del horno podemos enfriarlo cubierto con un paño, luego podemos sacarlo, quitar el papel de horno y una vez frío empezar a cortar rebanadas.
 



Es excelente combinado con condimentos diversos tanto salados como un buen queso para untar, como base para bruchetas de tomate o bien dulces para el desayuno con una buena mermelada o crema de cacao. Fijaros en la esponjosidad...





 


sábado, 15 de noviembre de 2025

Beautiful people

 "The most beautiful people we have known are those who have known defeat, known suffering, known struggle, known loss, and have found their way out of the depths. These persons have an appreciation, a sensitivity, and an understanding of life that fills them with compassion, gentleness, and a deep loving concern. Beautiful people do not just happen."



Warning: Brains required


 

Entendiendo el porqué científicamente


 

domingo, 12 de octubre de 2025

Bizcocho de coco


La receta del bizcocho de coco (pero puede ser de cualquier otra fruta o ingrediente) es, sin duda, una de las más fáciles que vas a encontrar en la cocina fácil del kendolechón, no sólo por la extrema sencillez de su preparación, sino porque usando una nemotécnica prácticamente no necesitas apuntarte la receta. Así de sencilla y fácil de recordar es. Simplemente has de seguir la regla del vaso de yogurt (que te vas a descubrir a continuación)

El secreto de esta receta de bizcocho, que es imposible que no te salga siempre bien (a menos que seas muy manazas y dejes que se te pase en el horno), no es otro que las medidas de los ingredientes principales: harina, azúcar y aceite. Y es muy fácil tomarlas. Para ello utilizaremos uno de los recipientes de un ingrediente que vamos a utilizar: el vaso del yogur. Las otras cosas son cuestión de lógica. Has que medir los ingredientes con este vaso e ir incrementando la cantidad en orden alfabético.

En otras palabras y simplificando, has de usar el vaso de yogurt como medidor y vas a  poner una medida de aceite, dos medidas de azúcar y tres medidas de harina. Fácil ¿no? Recuerda: aceite, azúcar y harina:1-2-3. Se trata de ir incorporando cada ingrediente por orden alfabético y, cada vez, una medida más. Después, le incorporas los huevos (3) y un poco de levadura y ya tienes el bizcocho a punto para ser horneado. A esta receta base puedes darle color y sabor. Yo en esta ocasión lo he hecho de coco, pero puedes añadirle chocolate, matcha, limón, o cualquier otra fruta. Una receta como todas las de este blog fácil, fácil y para triunfar seguro y lo mejor, si te sobra (cosa improbable) siempre tendrás para dar un mordisco en el desayuno, merienda o resopón. 

 

Material 

1 yogurt natural (o del sabor deseado)*

Aceite de girasol (una medida)**

Azúcar (dos medidas del vaso de yogur una vez vaciado)

Harina de repostería (tres medidas del mismo vaso de yogur)

3 huevos

Levadura química (medio sobre)

Ralladura de limón*** (opcional)


 

*Puedes usar en la receta base un yogurt natural o de limón y añadir ralladuras de limón, pero si te animas a las variaciones puedes usar yogurt de cualquier sabor y ralladuras de la fruta de la cual vayas a realizar el bizcocho. En esta ocasión como se trataba de un bizcocho de coco usé ralladura de coco (y valga la redundancia). 

** Normalmente se recomienda un aceite lo más neutro posible para no darle demasiado sabor al bizcocho, así que mejor no utilizar aceite virgen de oliva. Yo en este caso como la idea era hacer un bizcocho de coco, usé aceite de coco, pero para cualquier otro mejor el de girasol.

*** Si optas por un bizcocho de sabor, mejor usa ralladuras de la fruta que deseas protagonice el bizcocho como el coco en este caso, pero puedes espolvorear chocolate, te matcha (y te saldrá algo parecido al famoso castera japonés), o ralladuras de cualquier fruta deshidratada que coincida con el mismo sabor del yogurt

 

Métodos

Al inicio ya precalentamos el horno a 180º C durante aprox 10 minutos que es más o menos el tiempo que nos llevará preparar la masa. Forramos un molde con papel de horneado o si no tenemos o no nos gusta la idea, untamos el molde con mantequilla y espolvoreamos harina por encima para evitar que se enganche la masa al recipiente que es lo que hicimos en esta ocasión.

A continuación, vertimos el yogurt en un bol donde vamos a preparar la masa del bizcocho. Añadimos 3 huevos, una medida de este vaso de yogur de aceite de coco en nuestro caso, pero insisto si va a ser un bizcocho como los de toda la vida o de cualquier otro sabor, usa el aceite de girasol te evitarás disgustos. Incorporamos dos medidas de azúcar y removemos bien hasta que todo quede perfectamente integrado.


        

A seguir, incorporamos las tres medidas de harina de repostería en el recipiente y medio sobre de levadura química. Tamizamos la harina mientras vamos removiendo la masa para evitar los grumos y que ésta quede más aireada (se traducirá en una mayor esponjosidad final).

Una vez incorporada toda la harina y que esta esté integrada del todo, se puede añadir a la masa la ralladura de coco (o de lo que quieras, si es un bizcocho simple, puedes también añadir la ralladura de un limón o lima (sólo la parte externa, evitad la blanca ya que ésta última es amargante).
(Añadí una cucharada sopera bien colmada, pero bien hubieran podido ser dos a fe de DIos!)

Ánimo que ya estamos! Ahora vamos a verter la masa al molde y hornearlo a continuación, con calor arriba y abajo, durante 35 minutos a 180 grados. Durante este tiempo, absteneros de abrir la puerta del horno por más que el olorcillo a coco os llame, porque el bizcocho bajará y será imposible que suba de nuevo. Abrir el horno es como abrir la caja de Pandora, todos los males de la repostería caerán sobre vuestra cabeza.

Una vez transcurrida la media hora, podemos comprobar si el bizcocho está hecho pinchándolo con un palillo. Si sale seco, la cosa está lista o como diría Julio César, Alea iacta est.

Ya solo queda apagar el horno, entreabrir la puerta para que el calor vaya extinguiéndose poco a poco y extraerlo pasados unos minutos… y cuando se ha enfriado… a disfrutar kendolechones!





 

lunes, 6 de octubre de 2025

Tarta de Santiago



Estimados lechones hoy os presento una receta santa y apostólica, pero que os hará pecar de gula con lo cual paradójicamente os ganaréis el infierno. La tarta de Santiago. Esta delicia está elaborada básicamente con almendras pulverizadas, huevo y azúcar (nada de chocolate, avellanas y azúcar que eso es otro cantar). Se desconoce su origen, si bien es muy semejante a la Tarta de Elche, de la cual se diferencia en no incluir harina. Esta similitud y los ingredientes no permiten descartar que tal vez tuviera su origen en la invasión árabe. Paradójicamente a Santiago apóstol se lo conoce también por Santiago matamoros. No se sabe nada acerca del consumo de almendra en Galicia durante la Edad Media, pero sí que la carestía de este alimento lo convertía en un producto extremadamente caro y reservado a pocos. Y este comentario histórico viene al hilo de que la primera referencia que se tiene del consumo de la Tarta de Santiago como un postre elaborado a base de almendra, azúcar y huevos, procede del 1577 en el relatorio de una visita de Pedro de Porto (Portugal) a la Universidad de Santiago donde se describe un dulce de características prácticamente idénticas a la actual tarta de Santiago, aunque en esa época se conocía por "torta real" (otra indicación sobre la relación de la tarta con el lujo). Si bien, donde hay consenso es en que las primeras recetas fiables proceden del Cuaderno de Confitería de Luis Bartolomé de Leybar escrito entre 1835 y 1838 bajo el epígrafe de "Tarta de Almendra". Pero dejémonos de cháchara y vamos al turrón (en este caso a la tarta)

Material:


4 huevos


200 gr de almendras molidas 


200 gr de azúcar


Ralladura de 1 limón


Canela, 1 cucharadita de café 


Azúcar glas



Métodos:

Separamos las yemas de las claras y reservamos las últimas en un bol. 

En otro bol mezclamos las yemas con el azúcar, la almendra molida (también llamada harina de almendra en algunos parajes), la ralladura de limón, la canela. Amasamos bien hasta obtener una masa homogénea

                   

Batimos las claras a punto de nieve y las vamos añadiendo a la mezcla anterior con paciencia y cuidado para que no pierdan el aire y se vuelvan líquidas.


         
 

Vertimos a seguir la mezcla en un molde el cual hemos untado previamente con mantequilla y espolvoreado con harina para evitar que se nos enganche la torta al mismo


   

Horneamos la torta a 180º en el horno (conviene tenerlo ya en temperatura cuando introduzcamos la tarta, así que ¡a prehornear!) y la dejamos unos 25 minutos aprox  (como siempre recordad que cada horno es hijo de su padre y de su madre y siempre es mejor ir controlando que no se queme visualmente e ir probando con un palillo hasta que éste salga limpio)

 

La dejamos enfriar a temperatura ambiente i finalmente la espolvoreamos con azúcar glas. 


 

TIP & TRICK: Si queréis una torta “comme il faut” podéis dibujar y recortar una cruz de Santiago que os sirva de molde en un papel y así al espolvorear os quedará de cine!