jueves, 9 de septiembre de 2010

Mas solos que la una

Los lechones han huido del dojo. Nuevamente nos encontramos face-to-face sólo el Rey Lechónidas y este vuestro escriba. El sensei ha venido con ganas de sus vacaciones y nos hace sudar los michelines, pero además está muy didáctico. Hoy, lechones que no habéis venido os lo habéis perdido, hemos tenido una clase bien completa. Calentamiento, uchi-komi con el espejo, base completísima(men en distintas distancias, men-men, kote-men, men-gaeshi-men...) gi-geiko, kirikaeshi, y para los que aún tenían fuelle un ippon-shogu final. Solo han faltado las katas que quedan para otro día por que hoy no daba tienpo para más. Una vez en el vestuario el sensei me ha corregido algunos defectos lo cual me ha llenado de alegría y es un aliciente para intentar seguir haciéndo mejor cada día.
Pero el día me ha traido otras alegrias (en este caso acompañadas de un poco - un mucho- de tristeza. Lilian, una chica guatemalteca que ha estado trabajando conmigo durante un año como becaria de investigación ha finalizado su estancia en Barcelona y regresa a su país. Ha venido hoy a despedirse acompañada de su pareja que me ha traido desde su país una botella de Ron Zacapa centenario de 23 años que estoy degustando mientras os escribo. Una maravilla. La verdad no suelo tomar licores de graduación pero éste es realmente fuera de lo común. Un fondo de vaso, tres hielos y sorbo a sorbo, mojando los labios me lo estoy acabando.
Ah ... pequeños placeres para apaivagar grandes tristezas.
Foto from nautiskelijat.net

4 comentarios:

  1. Oyes y el follo al gisky?????

    :))
    Encaixades

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  2. Cocinándose lentamente...o era al crío lo que he puesto en el horno?

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  3. Tengo ganas de empezar, pero estoy haciendo lo debido, tú como médico me darás la razón, y es que estoy haciendo recuperación del hombro con fisios,y de momento parece que vá por buen camino. La semana que viene aún no vendré, pero a la próxima si las agujetas de la MM me lo permiten volveré para seguir aprendiendo en el largo camino del Kendo junto a grandes compañeros de penurias.

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  4. Todos juntos progresamos juntos. Suena tonto pero es así. Para recorrer este camino es imprescindible buenos maestros y buenos compañeros de viaje. Saber cuando parar para poder avanzar.

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